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El 27 de marzo, el cese de hostilidades en Siria cumplió un mes. Ha habido algunas violaciones, pero el acuerdo ruso-estadounidense se ha mantenido. Es la primera vez en los cinco años del conflicto, una especie de milagro y un parteaguas para el liderazgo y la cooperación de ambos países y, con optimismo, un momento decisivo para la población siria.
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, calificó la situación como “frágil, pero aun así benéfica para la reducción de la violencia… y generó el primer flujo significativo de asistencia humanitaria a la población sitiada después de varios años, pero necesita hacerse más”. La oposición está llamando a la liberación de prisioneros políticos, que fue una de sus precondiciones para participar en las negociaciones de Ginebra.
Hablando después de una reunión con el presidente ruso, Vladimir Putin, el jueves 24, el secretario Kerry dijo que Moscú y Washington intentarán exhortar al líder sirio, Bashar al-Assad, a “tomar la decisión correcta” y participar en las negociaciones de paz. Las negociaciones en Ginebra entre los representantes del gobierno y la oposición sirios están estancadas y Washington cree que Moscú, aliado cercano de Al-Assad, puede convencerlo para hacer concesiones. El principal obstáculo es si la transición política de Siria dará lugar a que Al-Assad deje el cargo.
“Acordamos hoy que aceleraremos el esfuerzo para intentar mover el proceso político hacia adelante”, dijo Kerry. Serguei Lavrov, el ministro de exteriores ruso, solamente dijo que Rusia alentará a todas las partes a comprometerse con los principios de las negociaciones de Ginebra mediadas por las Naciones Unidas.
La visita de Kerry a Moscú y su aviso de estar trabajando para lograr una nueva Constitución siria para agosto, sorprendió a todas las partes y dio algunas esperanzas para poner rápidamente fin a la crisis sangrienta. Su visita vino a dos semanas de la decisión del presidente Putin de retirar el grueso de la fuerza militar rusa de Siria. La campaña militar rusa del 30 de septiembre de 2015 y su retirada el 14 de marzo “demostró su liderazgo, fuerza de voluntad y responsabilidad incuestionables”, como lo puso el presidente ruso a los reporteros.
El presidente Putin posee ahora una posición importante para dar forma a la transición política en Siria. Adquirió una base aérea en Hemimim, en la costa norte de Siria, incrementó la presencia rusa en la base marítima de Tartous y se convirtió en un agente de poder en Medio Oriente. Además, abrió un nuevo mercado para las armas rusas en la región. Aun si no salva la presidencia de Al-Assad, su salida será resultado de un acuerdo negociado. Putin recibirá, durante el mes de abril, al rey Salman de Arabia Saudita y sus conversaciones ayudarán, entre otros asuntos, en reducir la brecha entre ambas partes del conflicto sirio.
El episodio que viene será rico en acontecimientos en la escena diplomática y en el terreno. El régimen sirio intentará, con sus aliados, invertir sus logros, retomar Tadmor (Palmira) para presentarse a sí misma como la única fuerza capaz de combatir al Estado Islámico(ISIS), en un intento para salvarse de un inevitable final.
En el frente diplomático, el desempeño de la delegación del régimen sirio en Ginebra fue confuso y evasivo.
Mientras que la oposición fue clara en presentar un documento concerniente al periodo de transición en los niveles político, militar y administrativo, y fue felicitada por el enviado internacional, Stefan di Mistura, la delegación del gobierno presentó una posición sobre el combate al terrorismo y sobre formar un nuevo gobierno sin mucho compromiso. El documento, elaborado por Di Mistura al terminar la última sesión de negociaciones en Ginebra, contenía 12 puntos en común entre ambas partes, en preparación para la siguiente sesión, comenzando el 9 de abril. Éste no fue mencionado en los medios de comunicación del régimen, revelando una inquietud en Damasco hacia cualquier progreso en el proceso político.
Las siguientes semanas serán cruciales para demostrar la persistencia de los mediadores del acuerdo en Siria, Estados Unidos y Rusia, de seguir con sus esfuerzos. El régimen, conocido por sus intrigas diabólicas, se mostrará tan reticente a las propuestas de transición como se mostró en el terreno, causando la total destrucción de Siria y una miseria incalculable a su población.
El autor fue embajador de Líbano en México entre 1999 y 2011
nouhad47@yahoo.com