Pese a los terribles atentados en París que conmocionaron al mundo entero, el Primer Ministro Francés, Manuel Valls, ha confirmado la realización de la Cumbre del Clima en París (COP-21) del 29 de noviembre al 11 de diciembre.

Esta cumbre mundial, de la mayor importancia para el futuro de la humanidad, será a la vez una oportunidad que permitirá a todos los Estados participantes manifestar su solidaridad con el pueblo francés por los brutales actos terroristas en su contra.

La “Reunión de Alto Nivel” de los Jefes de Estado se llevará a cabo los días 29 y 30 de noviembre y en ella se discutirán los acuerdos políticos fundamentales que serán los temas centrales a lo largo de la COP-21. En dicho encuentro, estará presente el presidente Enrique Peña Nieto; sin embargo, los principales compromisos que hemos hecho como país para reducir el consumo de combustibles y las emisiones a la atmósfera, dependen en gran medida de la aprobación de la Ley de Transición Energética (LTE), iniciativa que la H. Cámara de Senadores (HCS) no ha tenido a bien aprobar. En la LTE se establecen las metas y los incentivos para la promoción de las energías renovables, iniciativa que ha sido anunciada y presentada en distintos foros internacionales.

La LTE es parte fundamental de la Reforma Constitucional en materia energética aprobada el año pasado y que dio lugar a 21 leyes secundarias. La LTE, a la que se le denominó “Paquete Verde”, debió haberse aprobado junto con las demás como quedó establecido en el Artículo 17 transitorio de la misma Reforma. Fue hasta el 15 de diciembre del año pasado cuando finalmente fue votada por amplio margen en la H. Cámara de Diputados (HCD); ese mismo día, se envió a la HCS para su discusión y aprobación. La Comisión Permanente de la HCS turnó la iniciativa a la Comisión de Energía esa misma semana y desde entonces a la fecha (casi un año), se mantiene detenida sin una explicación lógica.

Sería muy lamentable la presencia del presidente Peña Nieto en la Cumbre sin la previa aprobación de la LTE; pero igual lo será si —como algunos senadores pretenden— la aprueban con cambios que reduzcan su eficacia. Creo que esta semana existe la oportunidad para que la minuta de la LTE que se encuentra pendiente de discusión en la Comisión de Energía se vote en los términos que fue aprobada en la Cámara de Diputados.

México ha establecido una meta importante de reducir las emisiones de gases efecto invernadero en 30% al 2020 y ha comprometido en las reuniones intermedias de la COP-21 que para 2024 el 35% de la generación de electricidad se hará con energías renovables. Estos compromisos internacionales establecidos como país, no serán posible alcanzarlos sin la aprobación de la LTE y una política eficaz de promoción de energías limpias.

La LTE fue aprobada con un amplio consenso en la HCD, pero además cuenta con el apoyo de fundaciones y asociaciones vinculadas al combate contra el cambio climático, así como de la mayoría de las cámaras empresariales. Por otra parte, es una iniciativa noble y de gran beneficio para México, ya que somos uno de los países con mayor riqueza y potencial solar, eólico y geotérmico. Por ejemplo, en la COP-21 India va a anunciar la instalación de 100 Giga-Watt (GW) de potencia en energía solar, China está instalando 1 GW cada mes y Alemania instaló 21 GW en solo tres años; nosotros, que nos encontramos en la franja del planeta de mejor irradiación solar, solo contamos con 0.052 GW de potencia instalada.

El empleo de energías renovables en todo el país, además de los grandes beneficios para mejorar la calidad del aire que respiramos y el combate frontal al cambio climático, generará miles de empleos y una derrama económica sin precedente.

Con motivo de la COP-21, los senadores tienen la obligación de aprobar la iniciativa de LTE esta misma semana para permitir que el presidente Peña Nieto llegue a la Cumbre del Clima de París con buenas noticias.

ciudadposibledf.org

Twitter: @JL_Luege

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