Mañana, en su tercer informe de gobierno, el presidente Enrique Peña Nieto seguramente hablará de la relevancia del proyecto de infraestructura más importante de su administración: el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM).

Antes del anuncio para la construcción del NAICM, en distintos foros organizados para discutir sobre el proyecto, varios expertos expusimos, desde distintos ángulos, los graves riesgos a los que se enfrentará la ciudad de México de concretarse el proyecto.

La información con la que se cuenta, compartida y discutida con los principales estudiosos de la geología e hidrología del Valle de México y de las condiciones del suelo en la Zona Federal del Lago de Texcoco (ZFLT), confirman que el sitio elegido para construir el NAICM no es el adecuado y de hacerlo, se pondrá en riesgo a toda la ciudad.

Lamentablemente, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y la de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) han dosificado la información al público, dando a conocer, parcialmente, los graves impactos que representa esta obra. En un inicio, la SCT dijo que se trataba de una “ampliación” del actual aeropuerto, sin embargo, cuando se presentó el proyecto, quedó claro que era uno completamente distinto, sobre la ZFLT y que al iniciar su funcionamiento sacaría de operación, en su totalidad, al actual aeropuerto.

No se mencionó que por la orientación de las pistas del NAICM también saldría de operación la Base Aérea Militar de Santa Lucía, tampoco se dijo que el acuerdo con la Secretaría de la Defensa consistió en que la Fuerza Aérea operará una de las tres pistas de la primera etapa del NAICM. Este acuerdo nulifica la supuesta ventaja de realizar “operaciones dobles-simultáneas” al contar con tres pistas porque una de ellas será para servicio del Ejército. En uno de los foros se dijo que este tema quedaría resuelto cuando se construya la segunda etapa del NAICM, que como todos pueden suponer, sucederá el “día del juicio final”.

Una de las acciones más ominosas por parte de la Semarnat fue ocultar en la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), el daño irreversible que el NAICM provocará al Lago Nabor Carrillo. Declarado Zona de Protección y Anidación de Aves Migratorias con varios convenios entre fundaciones y organismos internacionales, éste será eliminado como espejo de agua permanente para convertirlo en un vaso regulador, lo cual viola la Ley General de

Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA).

La semana pasada, la Conagua confirmó lo que la MIA no mencionaba la incorporación del Lago Nabor Carrillo como parte del sistema de regulación para evitar las inundaciones en el NAICM y de municipios circundantes. Esto equivale a la destrucción del hábitat de aves migratorias y de un cuerpo de agua permanente que genera un microclima saludable para la zona y que recreó, en parte, las condiciones ancestrales del Lago de Texcoco.

Al Presidente se le ha presentado el proyecto como la única opción posible para un nuevo aeropuerto, forzado por intereses creados a lo largo de varios años, pero no le han dicho que se está violando el Decreto del Plan Lago de Texcoco y la Constitución, que no hay un Plan de Ordenamiento Ecológico Regional ni de Desarrollo Urbano, ni de tránsito y vialidades; que no hay servicios ni agua para un crecimiento poblacional de la magnitud prevista para esa zona, que los suelos blandos de vaso del Lago de Texcoco tienen hundimientos de 20 a 40 centímetros por año y que no son aptos para la construcción de un aeropuerto. Finalmente, no se ha presentado el estudio de regulación hidrológica vital para garantizar la seguridad de la zona oriente del Valle de México.

Varios expertos insistimos en que hay opciones de solución para un nuevo aeropuerto, pero no las hay para regular el riesgo de inundaciones, porque esta capital ha rebasado todos los límites de la sustentabilidad. Nosotros no buscamos que fracase un proyecto tan importante, por el contrario, apostamos a una mejor opción, más económica, con menor impacto ambiental, acorde a un plan de desarrollo urbano sustentable, que respete el plan original de rescate del Lago de Texcoco y que permita otros proyectos integrales para un mejor desarrollo a largo plazo de la ciudad de México.

Twitter: @JL_Luege

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