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Estados Unidos juega con los tiempos para la renegociación del TLCAN. Durante la campaña presidencial, y al inicio de la administración de Donald Trump, la señal era que se buscaría llegar a un nuevo arreglo rápidamente.
La amenaza era que sin un acuerdo satisfactorio para la primera potencia del mundo, durante agosto Trump podría denunciar el tratado, en otras palabras anunciar la salida de Estados Unidos.
Sin lugar a dudas que dicha estrategia se enfrentó al esquema legal y a los intereses que existen alrededor del TLCAN.
Con 90 días de anticipación Trump debe avisar al congreso norteamericano su intención de renegociar el acuerdo, algo que no ha sucedido y que, en el mejor de los casos, coloca a julio como el mes en donde los tres países integrantes del acuerdo iniciarían las rondas de conversación. Al mismo tiempo enfrenta a los grupos económicos norteamericanos que obtienen importantes beneficios en su relación con México.
El secretario de Comercio de Estados Unidos ha comenzado a jugar con los tiempos mientras, de forma paralela, negocia con sus empresas trasnacionales.
Durante la semana pasada dio dos declaraciones que en apariencia son contradictorias pero que deben revisarse con cuidado.
En primera instancia anunció que el proceso “podría” iniciar a finales de 2017. Más allá de que dicho planteamiento difiere de lo anunciado por Trump, lo que debe ponderarse es que eso coloca a la negociación en plena campaña electoral por la presidencia de México.
Cuando Ross afirmó que la negociación podría durar un año, ubicó su parte final dentro de un periodo en donde existiría una transición de entrega del Poder Ejecutivo hacia un nuevo gobierno federal y en donde estaría operando un nuevo Congreso de la Unión.
Por ello se puede entender que el gobierno mexicano haya comenzado a señalar que es necesario comenzar las negociaciones durante el segundo semestre del año.
Después de reunirse con el titular de la Secretaría de Economía, Wilbur Ross abrió la posibilidad a ello, pero sin comprometerse.
La conformación de un planteamiento de renegociación con México y Canadá pasa por filtros internos de Estados Unidos.
En estos momentos existe un dialogo del gobierno de Trump para la revisión del TLCAN pero es con sus empresas trasnacionales, las que obtienen los mayores beneficios del TLCAN.
El inicio de la negociación se realiza entre el gobierno de Estados Unidos y sus grandes corporativos industriales, financieros y comerciales que tienen fuertes inversiones en México, desde donde exportan a otras naciones y en donde existe un mercado interno lo suficientemente rentable para que sigan invirtiendo. Dichos grupos son los primeros con los que Trump y Ross están platicando.
El tiempo de México y Canadá llegará en una segunda instancia y con distintas perspectivas. Los canadienses son cercanos a los intereses geopolíticos de Estados Unidos, y ellos mismos colocaron su distancia respecto a México.
Además Ross fue claro en otro punto, Estados Unidos busca eliminar el déficit comercial con nuestro país, con Canadá no ha manifestado nada al respecto.
¿De qué tamaño es el desafío de este último punto? De acuerdo con el Bureau of Economic Analysis, en 2016 México exportó 300 mil millones de dólares e importó bienes de Estados Unidos por 231 mil millones de dólares, lo cual arroja un superávit a favor de nuestro país de 69 mil millones de dólares. 6.5% del PIB nacional. Dicha cifra es la que se encuentra en el radar de Trump y Ross.
Sin ese superávit México no podría financiar el déficit que acumula con Asia y Europa. Tan sólo con China tenemos un déficit de (-) 65 mil millones de dólares. Es el problema de ser una economía dependiente.
Modificar dichas debilidades implica una negociación del TLCAN que va más allá de lo comercial, el problema es que México no tiene un programa de desarrollo industrial endógeno para hacerlo. Si además la negociación llega al periodo electoral el proceso podría complicarse más. Estados Unidos lo sabe y ha comenzado a jugar con ello para obtener una salida rápida y en beneficio de sus intereses.
Director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico