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¿Es China una economía de mercado? Salvo en algunos casos particulares la mayor parte de las personas coincidirá en que la economía del país asiático no se rige por las reglas de mercado. En China rige el Capitalismo de Estado, la intervención del gobierno determina la orientación de la actividad productiva de la empresas pertenecientes a los sectores que considera estratégicos, particularmente los industriales.
Hay coincidencia en la respuesta, China no es una economía de mercado. Sin embargo, a partir de diciembre de este año, las empresas y gobiernos de otros países enfrentarán un problema que se conoce desde hace tres lustros pero del cual se habla poco: desde diciembre el mundo deberá probarlo, una tarea que será difícil de lograr.
México y el resto del mundo comprobarán, una vez más, que firmar acuerdos comerciales y poner plazos aparentemente largos no es suficiente cuando no se acompañan de acciones para prepararse adecuadamente. El futuro y la realidad terminan por alcanzarnos.
Cuando China fue admitida a la Organización Mundial de Comercio (OMC), se negoció una restricción que hasta este momento ayudó a que otras naciones integrantes de la OMC pudieran imponer medidas que limitaron la entrada de bienes chinos a su economía. Básicamente tuvieron la libertad de asumir que el país oriental no es una economía de mercado e imponer sanciones comerciales cuando han detectado una acción comercial que atenta contra el libre comercio.
Lo anterior tiene una razón de ser: la intervención del Estado Chino es ampliamente conocida, la elaboración de planes quinquenales para desarrollar sus sectores productivos estratégicos es un elemento que permite plantear que las empresas chinas no cumplen con las reglas del libre mercado y por consecuencia no acatan las normativas asociadas al libre comercio internacional.
El sector del acero es uno de los ejemplos más representativos, la mitad de la producción global se genera en China gracias a la intervención de su gobierno. No importa que varias de sus empresas tengan pérdidas financieras, el gobierno las apoya para que sigan operando. Esto provocó una sobreproducción que causó una crisis mundial y ha propiciado tanto el cierre de empresas como la disminución de la producción de acero en el mundo occidental.
La Unión Europea, India y Estados Unidos son algunas de las naciones y regiones que han aplicado las medidas más agresivas para tratar de restringir el daño a su planta productiva. Su razón no es el proteccionismo, en realidad buscan preservar la competencia de mercado, de libre empresa, que China no cumple.
La implementación de dichas medidas, así como lo que ha realizado México, parten del supuesto correcto de que China no es una economía de mercado. No obstante en diciembre lo anterior se modificará.
La paciencia y visión estratégica de largo plazo llevó a que el gobierno chino aceptara entrar a la OMC con la restricción de que en cualquier disputa comercial los países miembros podrían asumir que China no es una economía de mercado. En consecuencia, probar lo contrario estaría a cargo del gobierno y las empresas chinas. Eso cambiará en unos meses.
En diciembre China reclamará que en automático las naciones integrantes de la OMC le reconozcan como economía de mercado. En la práctica la tarea de probar lo contrario recaería en empresas y gobiernos de otros países.
China ha realizado una amplia tarea diplomática e inversiones en el mundo para crear una corriente a favor de esa aprobación. No obstante, el acuerdo que permitió su entrada a la OMC no le otorga tal reconocimiento automático. La batalla legal está por comenzar.
México debe comenzar a revisar su postura en torno a este tema, no debe regalar el reconocimiento a China de economía de mercado, no es lo que corresponde y hacerlo sería el tiro de gracia para su industria.
El gobierno mexicano debe generar mesas de trabajo con el sector privado para conocer del tema y encontrar soluciones al problema. De otra manera la fecha llegará y el país podría encontrarse sin la fuerza para enfrentar la nueva etapa de competencia económica con China que se avecina.
Director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico