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En las vacaciones leí el libro de Margarita Zavala, Mi historia, en el que da a conocer su biografía personal y profesional, así como su visión política en general. Es ya una tradición —al menos en México— que candidatos y aspirantes publiquen un libro sobre los rasgos esenciales de su biografía, su trayectoria política, y generalmente el diagnóstico del país que pretenden gobernar, así como las propuestas para enfrentar los problemas vigentes. En este caso el libro se concentra más en la biografía y trayectoria políticas de Zavala, para mejor conocer aquellos aspectos de la vida privada y profesional que la autora considera adecuados difundir. Aquí simplemente transcribiré algunos párrafos que me parecieron ilustrativos y sugerentes.
—“La religión fue parte importante de nuestra formación en casa y debo decir que era más estricta que las de nuestras amistades en general… En la Semana Santa reflexionábamos sobre la justicia, el perdón, la esperanza y el bien común… no teníamos permiso para salir a jugar a otras casas, había que procurar silencio, no podíamos poner música… ni ver la televisión”.
—“(En el PAN) organizaron para nosotros diversos cursos de resistencia civil… nos explicaron que la resistencia triunfaba si uno tenía la razón. Por eso cuando Andrés Manuel López Obrador y el PRD hicieron resistencia civil, estaba segura de que iban a fracasar; no les asistía la razón”.
—“Mi papá fue candidato a diputado federal; le ganó un debate maravilloso a su contrincante del PRI, Miguel Ángel Yunes. Al final, supuestamente ganó el Partido Popular Socialista de Marcela Lombardo; nosotros sostuvimos que hubo un error no intencional, un doble conteo, pero no se abrieron los paquetes en ese distrito”.
—“Mi asistencia a la Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing) de verdad que me cambió la vida; en ese viaje comprendí la importancia de las políticas públicas dirigidas a las mujeres y sus positivos efectos. Allí escuché a Hillary Clinton… En el partido siempre solicité que para que se aceptara a un candidato a alcalde o gobernador, éste manifestara un compromiso con el tema de las mujeres”.
—“Cuando Fox determinó que quería un instituto (de la mujer)… Yo quería reivindicar a las (mujeres) panistas, pero la verdad es que había y hay una misoginia terrible en el PAN”.
—“Fox no permitió que los panistas ganaran experiencia en el gobierno. Había que construir a los mejores, los mejores funcionarios, los mejores servidores públicos; lo que ayudó (a eso) fue el triunfo en varias gubernaturas; Fox no”.
—“Meter a cualquier líder sindical a la cárcel es un acto que podría desear mucha gente, pero en sí mismo no implica que se haga justicia; si se trata de un caso aislado, incluso… Es justicia selectiva y discrecional”.
—“Como esposa del presidente conocí el mundo entero y lo valoro, los viajes enseñan… Esa oportunidad me permitió conocer y platicar con hombres y mujeres de Estado que han inspirado a muchas personas y que han hecho historia… Y cada vez que recibíamos visitas procuraba que conocieran más de nuestra identidad, así como de nuestra fuerza para el futuro”.
—“He visto como poco a poco mi partido pierde su identidad, veo arribar a ciertos ‘líderes’ que manejan gente pero no ideas y que no dan valor alguno al nivel cultural e intelectual ni a los actos de congruencia, pero también encuentro hombres y mujeres valiosos y comprometidos”.
—“He repasado mis equivocaciones y no son pocas; claro que (en caso de llegar a Los Pinos) haría cosas de manera distinta, sobre todo en términos personales y familiares; quizá elegiría otras escuelas para mis hijos, tal vez debí inculcarles otros hábitos”.
No se habla en este libro de, por ejemplo, cómo abordar la complicada situación económica, la relación bilateral con Estados Unidos o la crisis de seguridad interna que se profundizó en 2007. Evidentemente, una selección tan breve como arbitraria no puede sustituir la lectura completa del libro, mismo que recomiendo para mejor conocer a esta precandidata (y esperaremos el libro de Ricardo Anaya, si lo hay).
Profesor del CIDE
