Nuestro país, a diferencia de los países más desarrollados, tiene la fortuna de contar con un valioso bono demográfico; dos tercios de la población mexicana está integrada por niños y jóvenes que constituyen una potencialidad para el futuro de la nación. Ello representa asimismo un reto social por los servicios que esa población requiere para su desarrollo, como una educación para la vida que les dote de las competencias necesarias para participar con éxito en el mercado de trabajo, así como las bases de una formación humanística, ética y ciudadana.

En un entorno dinámico caracterizado por la globalización y el predominio de economías basadas en el conocimiento, el desarrollo de México está demandando a las instituciones de educación superior ampliar su cobertura para formar a un mayor número de profesionales técnicos, científicos y humanistas altamente calificados.

La cobertura es uno de los retos formidables de la educación superior. A pesar del esfuerzo que nuestro país ha hecho en los últimos años, ese indicador es de 35.8%, mientras que el promedio en Latinoamérica y el Caribe es de 42.8% y nuestros socios de la OCDE alcanzan 71.4%. La meta de cobertura propuesta en el Programa Sectorial de Educación de llegar en el año 2018 a 40%, significa que aún hay mucho por hacer y que deben buscarse nuevas estrategias, pues sustentarla únicamente en la ampliación de la matrícula, en un país con grandes asimetrías demográficas y educativas, no basta.

En el marco de la Agenda SEP-ANIUES para el Desarrollo de la Educación Superior, la ANUIES analizó otras variables que inciden en la cobertura y diseñó un modelo estadístico que se basa en proyecciones de la dinámica poblacional del grupo de edad de 18 a 22 años, las variaciones de la eficiencia terminal de educación media superior, la tasa de absorción de educación superior y la tasa de abandono de educación superior, variables que pueden analizarse en cada uno de los estados, según sus potencialidades y limitaciones, aprovechando las posibilidades de expansión de sus instituciones.

A instancias del maestro Aurelio Nuño, secretario de Educación Pública, la ANUIES presentó ante los gobernadores y autoridades educativas este modelo de cobertura en la Segunda Reunión Regional Sur-Sureste 2016 en Educación, celebrada en Cancún, Quintana Roo, como un instrumento para analizar en cada entidad sus realidades y adoptar sus estrategias en esta materia. La bondad de este modelo puede demostrarse modificando alguna de las variables para ver cómo se comporta la cobertura. Por ejemplo, si sólo se redujera la tasa de deserción escolar en un punto porcentual en todas las entidades, se alcanzaría la meta nacional de cobertura al 2018, quizás a un costo menor que lograrla únicamente con la ampliación de la matrícula. Hay que entender que cualquier estrategia de ampliación de la cobertura requerirá recursos, pero fundamentalmente acuerdos entre los actores involucrados y la mejora de los procesos académicos en las instituciones.

Sin duda habrá que invertir en infraestructura y equipamiento, optimizar el uso de los espacios disponibles, abrir nuevas unidades académicas en instituciones consolidadas, diversificar la oferta educativa, mejorar los procedimientos para otorgar los reconocimientos de validez oficial de estudios, pero sobre todo, diseñar estrategias para retener más alumnos en las aulas universitarias mediante la oportuna atención a las causas de la deserción, fortaleciendo los procesos de tutoría y acompañamiento a los estudiantes.

Tenemos la certeza que los acuerdos entre autoridades educativas federales y estatales, así como la participación socialmente responsable de las instituciones de educación media superior y superior permitirán una adecuada planeación de la oferta educativa y el cierre de brechas entre las distintas regiones. El modelo propuesto por la ANUIES será una herramienta útil en este proceso.

Secretario general ejecutivo de la ANUIES.

@jaimevalls
jaime.valls@anuies.mx

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