El rezago educativo en población adulta podría disminuir con la participación de las instituciones de educación superior.

El anuncio realizado la semana pasada por el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, de atender a 7 millones de personas en rezago educativo en los próximos tres años, representa un reto formidable que debemos asumir comprometidamente todas las organizaciones e instituciones educativas del país.

El rezago educativo es uno de los problemas más oprobiosos de México y quizás la causa de muchos de los males que aquejan a la sociedad mexicana. De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), este indicador contempla tres elementos: primero, que las personas de tres a 15 años de edad asistan a un centro de educación básica o que hayan terminado la educación secundaria; segundo, que las personas nacidas antes de 1982 cuenten al menos con primaria completa; y tercero, que las personas nacidas a partir de 1982 cuenten al menos con secundaria completa.

A pesar de las campañas nacionales que existen para abatir el rezago educativo, los avances no han sido los esperados. Según los datos aportados por el maestro Mauricio López Velázquez, titular del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), el total de personas en rezago educativo ronda en los 30 millones de individuos y los esfuerzos realizados en los 35 años de existencia del INEA, que cuenta hoy con 100 mil voluntarios, han sido insuficientes para erradicar este flagelo social. Esta situación debe mover a la reflexión y a la búsqueda de nuevas estrategias de atención: un nicho de oportunidad para las instituciones de educación superior.

La ANUIES se ha sumado recientemente a las tareas que realizan la SEP y el INEA, con quienes concertó un convenio de colaboración para conjuntar esfuerzos institucionales en torno al programa educativo Modelo Educación para la Vida y el Trabajo (MEVyT). Esta iniciativa permitirá reconocer los saberes previos de los adultos, adquiridos de forma autodidacta o por experiencia laboral, y a través de acciones de capacitación y actualización de conocimientos, otorgarles la oportunidad de obtener una equivalencia correspondiente a los niveles de primaria y/o secundaria.

Las instituciones de educación superior afiliadas a esta asociación han venido involucrándose en campañas para disminuir el rezago educativo. En esta nueva etapa, su participación será fundamental, en el marco de las políticas públicas en la materia y con la conducción de las instituciones responsables, tanto en la operación del MEVyT como en el desarrollo de nuevas estrategias que dinamicen las acciones de atención al rezago educativo.

Estamos ciertos de que la experiencia y capacidades de las instituciones de educación superior, el esfuerzo comprometido de su personal académico en la revisión metodológica de planes, proyectos y estrategias, la participación voluntariosa de sus estudiantes —a través del servicio social y prácticas profesionales— y apoyados con su infraestructura física y tecnológica a lo largo y ancho del territorio nacional se podrán obtener buenos resultados y aportar así a la construcción de un país más próspero, mejor preparado y con mayor equidad y justicia social.

Secretario general ejecutivo de la ANUIES

@jaimevalls

jaime.valls@anuies.mx

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