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El mundo está sumido en una profunda crisis social y económica que ha alterado el orden de prioridades debido a la pandemia de coronavirus ; sin embargo, una vez que la amenaza sea superada, conflictos previos resurgirán incluso con mayor fuerza, a veces agudizados por la propia emergencia de salud .
Mientras que China está saliendo lentamente de la crisis, sin reportar nuevos casos de COVID-19 entre la población nativa de Wuhan , el epicentro de la pandemia hace tres meses, y grandes centros comerciales como Shanghai reanudan sus actividades normales esta semana, países como España e Italia están sufriendo la peor etapa, luego de desperdiciar—entre otras razones—un periodo crucial para alistar a sus sociedades y sistemas de salud ante el impacto.
Por supuesto, la atención cada vez se concentra más en Estados Unidos , donde la errática y muy politizada respuesta de la administración Trump preocupa a los líderes globales, además de exponer un sistema inhumano y quebrantado que se acerca al darwinismo social , con los planes para abandonar las medidas básicas de prevención y mitigación en la Pascua, volcando miles de millones de dólares para el rescate de Wall Street y las empresas privadas.
Asimismo, la situación en Estados Unidos sin duda tendrá una particular repercusión en México , un país que está entrando en la fase dos de la epidemia según la Organización Mundial de la Salud ( OMS ) en medio de una recesión y de un gobierno populista, criticado por sus contradicciones y la aparente falta de preparativos.
Es dentro de este complejo marco que António Guterres , secretario general de Naciones Unidas , urgió a los dirigentes mundiales a declarar un “cese al fuego global” y detener todos los conflictos armados a fin de enfocarse en el combate a la pandemia.
“Este es el momento de poner bajo llave los conflictos armados y concentrarnos en la verdadera lucha de nuestras vidas. Al virus no le importan las nacionalidades y etnias, facciones o religiones. Ataca a todos sin descanso. Entre tanto, los conflictos armados prosiguen alrededor del mundo”, afirmó Guterres el lunes.
A continuación, pasamos revista a varios de los conflictos y crisis latentes que han sido relegados de la atención pública por la emergencia sanitaria:
Siria
Patrullas militares rusas y turcas aplican el último acuerdo entre ambas naciones para detener la lucha en la provincia de Idlib en el norte sirio , escenario de una peligrosa escalada en febrero luego de que un ataque aéreo ruso mató a más de 30 tropas turcas que apoyaban a rebeldes islamistas.
En represalia, Ankara lanzó una serie de ataques con drones sobre el ejército sirio, frenando su avance en el último bastión rebelde del país árabe. El presidente turco , Recep Tayyip Erdogan , solicitó sin éxito la intervención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte ( OTAN ) para contrarrestar la superioridad aérea rusa, desatando al mismo tiempo una nueva ola de refugiados en la frontera de Grecia y la Unión Europea .
El 5 de marzo, Erdogan y el mandatario ruso , Vladimir Putin , sostuvieron una tensa reunión en Moscú , negociando un nuevo cese al fuego; sin embargo, el grupo Hayat Tahrir al-Sham , vinculado a Al Qaeda , rechazó el acuerdo, trata de cerrar otra vez la carretera clave M4 entre Idlib y la costa mediterránea y ha atacado a fuerzas turcas, en una prolongada guerra que ha matado a casi 400,000 personas desde 2011.
Yemen
La pandemia de COVID-19 amenaza con exacerbar el mayor desastre humanitario del mundo en este empobrecido país, donde una invasión encabezada por Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos ( EAU ), respaldada por Estados Unidos y la OTAN , ha contribuido a la pérdida de más de 112,000 vidas en los últimos cinco años.
Más de 800,000 casos sospechosos de cólera han sido reportados por la OMS , con casi 2,500 decesos causados por la mayor y más rápida propagación de esa enfermedad en la historia moderna. Human Rights Watch considera que 20 millones de personas padecen inseguridad alimentaria y que 10 millones están en riesgo de hambruna .
El miércoles, la coalición saudí aceptó una tregua, después de que así lo hicieran la facción aliada del derrocado presidente Abd Rabu Mansur Hadi y los rebeldes houthi que han controlado desde enero de 2015 Saná , la capital yemení .
Irán
La República Islámica y Washington estuvieron al borde de la guerra en enero, luego de que un dron estadounidense asesinó en Bagdad al major general Qassem Soleimani , jefe de la Fuerza Quds iraní , unidad militar de élite que apoyaba a los gobiernos de Irak y Siria . La represalia iraní consistió en bombardear la base de Ayn al-Asad en Irak con misiles balísticos, hiriendo a 110 soldados de Estados Unidos .
El último episodio de 40 años de tensiones entre los dos países fue revelado esta semana; el secretario de Estado Mike Pompeo y Robert C. O’Brien , asesor de Seguridad Nacional , propusieron una dura respuesta a los ataques con cohetes de supuestas milicias respaldadas por Teherán que mataron a dos efectivos estadounidenses en Irak , al argumentar que Irán , debilitado por el coronavirus , aceptaría finalmente negociaciones bilaterales directas.
No obstante, el secretario de Defensa Mark T. Esper y el titular del Estado Mayor Conjunto , el general Mark A. Milley , advirtieron que una ofensiva podría arrastrar a Estados Unidos a una guerra generalizada con Irán y romper las ya tensas relaciones con Bagdad . La presión bélica continúa; el mismo día en que Guterres convocó a una tregua global, el Pentágono efectuó maniobras con fuerzas de los EAU en la región desértica de Abu Dhabi , desplegando 4,000 tropas.
Rusia-Estados Unidos
Hablando de grandes ejercicios militares, la pandemia de COVID-19 tuvo un efecto positivo la semana pasada, al obligar a la OTAN a suspender sus terceras maniobras más importantes desde el fin de la Guerra Fría . El simulacro Defender 2020 incluyó a 20,000 elementos estadounidenses y aliados que serían desplegados en 10 países europeos, demostrando que las tensiones bipolares están vivas y coleando, pese al supuesto “control” ruso de Trump alegado por los demócratas desde 2016.
El brote también ha exhibido la inutilidad de la OTAN y la Unión Europea en términos de ayuda a sus miembros—en especial Italia y España —durante tiempos de convulsión civil, en contraste con la asistencia médica enviada a Roma por los ex miembros del bloque comunista, Rusia , China , Cuba e incluso Venezuela .
Como hemos señalado, las naciones “ autoritarias ” están ganando en esta crisis los corazones y las mentes del mundo por encima de la torpe e insuficiente reacción de las “ democracias ”. Sin embargo, el “ vínculo transatlántico ” y la carrera armamentista todavía son vigorosos (apenas antes del coronavirus la OTAN anunció que incrementará su gasto bélico en USD $400,000 mil millones , excluyendo a Estados Unidos ), e Italia reabrió su planta de ensamblaje final del caza F-35 , como parte del convenio de 2012 con Lockheed Martin para adquirir 90 aviones.
Por su lado, Gran Bretaña planea dedicar GBP £350,000 millones en la próxima década para armas como submarinos nucleares, portaaviones y aeronaves de combate. Estos compromisos se realizan—enfatizó Declassified UK —cuando su Servicio Nacional de Salud “carece de una serie de equipos básicos y personal para hacer pruebas y atender los casos de coronavirus, así como enfrentar” otros desafíos sanitarios.
China-Estados Unidos
La capacidad de ambos gigantes para reconciliarse y cooperar será crucial en los próximos años, a fin de enfrentar el entorno global posterior a la pandemia y retos acuciantes como nuevas enfermedades , cambio climático , desarrollo y pobreza extrema .
Desafortunadamente, la actual emergencia planetaria es un reflejo de la competencia por la preeminencia entre Estados Unidos , todavía opuesto al ascenso de Beijing basado en la cooperación y el multilateralismo , y el modelo chino , que será muy difícil de replicar en otras culturas.
No sorprende, por ejemplo, que Estados Unidos haya tratado de incluir la frase “ virus de Wuhan ” en la declaración conjunta de los cancilleres del G-7 , cuando China está emergiendo fortalecida gracias a su avance previo en Inteligencia Artificial ( AI ), la tecnología 5G y enormes inversiones en aplicaciones de salud pública.
“Combinar su capacidad con los datos de pruebas masivas de coronavirus dio a China una ventaja decisiva en el control epidémico . Este puede ser el más grande y sofísticado experimento de Inteligencia Artificial , y bien podría establecer a China como la potencia mundial dominante en AI ”, resumió Spengler en Asia Times . La pandemia , agregó el columnista, “podría indicar el predominio de China y el declive de Occidente ”.
Editado por Sofía Danis
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