La primera marca mexicana de autos eléctricos, Zacua, ha enfrentado desafíos para diseñar y fabricar un con proveeduría nacional.

Desde conseguir el motor y la batería, conformar su cadena de proveeduría cuando nadie apostaba por los coches eléctricos, y la pandemia de Covid-19, pero ahora, quizá su mayor reto es la llegada de las marcas chinas.

La directora ejecutiva de Zacua, Nazareth Black, dijo que el propósito de la compañía no es competir con los, sino abrir una era en la industria automotriz para innovar tecnológicamente.

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“No podemos competir, porque no hay igualdad de circunstancias. Pueden ofrecer esos precios porque traen el subsidio de su gobierno y hasta hace poco también traían el subsidio del nuestro. Con esas condiciones, ¿cómo podemos competir como empresa local?”, cuestionó en entrevista con EL UNIVERSAL.

Expuso que las automotrices chinas son empresas con mucha experiencia y su propio dinero, más el subsidio de su gobierno, para exportar a otros países.

Además, hasta octubre del año pasado podían enviar cualquier cantidad de autos eléctricos a México sin pagar arancel. Ahora pagan entre 10% y 20%, comentó.

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“Traíamos un decreto presidencial con exención de aranceles, por supuesto que iban a estar muy baratos y eso nos dejaba en un piso donde no podíamos competir”.

“Nosotros no estamos buscando competir con los automóviles chinos. Estamos intentando abrir una era en la industria automotriz en la que el país despierte y empiece a innovar tecnológicamente. Crear marcas mexicanas con tecnología mexicana es el camino más complejo y difícil, pero es el que elegimos”, aseguró a este diario.

El arranque

Zacua abrió su planta en Puebla a mediados de 2018. La línea de ensamble es artesanal, ya que cada auto se fabrica a mano. Sus primeros modelos fueron el MX2 y MX3, de los cuales vendieron 100 unidades. Se vendieron en 460 mil pesos y después subieron a 499 mil, pero el precio real era de 599 mil, según Black. Actualmente, un coche eléctrico chino comienza en 300 o 357 mil pesos.

El motor de los Zacua es alemán porque, a la fecha, no hay un motor mexicano para un auto eléctrico mexicano. “Cuando digo mexicano, voy a puntualizar en motor mexicano de empresa mexicana de dueños mexicanos. Porque de nada me sirve decir que es mexicano cuando es de una empresa japonesa instalada en México”, indicó Black. Los primeros Zacua tienen motor, transmisión y batería extranjeras, pero toda la electrónica es mexicana y lograron 60% de componentes nacionales.

Para la siguiente generación de vehículos, la empresa trabaja en sus propias transmisiones, arneses, electrónica y tarjetas para alcanzar 80% de integración mexicana.

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“La batería va a ser el último gran reto porque no tenemos cómo hacerlas mexicanas. Decimos que tenemos mucho litio, pero todavía no está explotado. Necesitamos esperar a que esto avance para buscar una batería mexicana o esperar a que una empresa mexicana la pueda desarrollar”, agregó.

Sobre el proyecto Olinia, el auto eléctrico del gobierno mexicano, la directora ejecutiva de Zacua consideró que es positivo porque impulsa la electromovilidad y no lo ve como competencia. “Es un proyecto distinto en muchos sentidos (...), lo veo como complementario en temas de electromovilidad”, dijo.

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