San Pedro Garza García, Nuevo León.- Con el sentimiento de impotencia por no haberles dicho que no asistieran al concierto de Grupo Bronco, Alejandro Gámez Sandoval y José Jesús Torres Solís fueron despedidos por su familia entre frases de amor y llanto en el Panteón Municipal de San Pedro Garza García.
A los pies de las tumbas, la señora Marylu Escalera, esposa de Alejandro, y la señora María de la Luz Solís, madre de Jesús, lloraron la pérdida de sus “amores” y lamentaron que tanto el hombre de 48 años, como el menor de 11, fallecieran pues “ellos solo querían ir a divertirse y bailar”.
“Ha sido muy difícil. La muerte de un padre es una situación de dolor para mí y para mis hijos, más para mi hijo el que lo vio morir, apenas ayer por la tarde pudo presentarse para ver a su papá después de que lo vio morir y no podía por la impresión, está en shock, no puede creer que su papá haya salido muerto de un concierto”, explicó la señora Marylu Escalera en una plática con EL UNIVERSAL.
Después de pasar un día haciendo trámites y esperando los resultados de peritajes, otro velando a su esposo y uno más enterrándolo, Marylu dijo que los días “se le han hecho muy pesados” pese a la ayuda integral que el gobierno de Nuevo León les ofreció pues perder a un ser amado “no solo es perder a la persona sino a un pilar de sus vidas”.
Las tumbas estaban rodeadas de flores blancas y veladoras que las familias de Alejandro y Jesús colocaron para despedir a sus familiares. El entierro se llevó a cabo en llanto y en silencio con la presencia también del círculo cercano de los finados que sostuvieron globos blancos y se vistieron de blanco para desear el descanso eterno de ambos.
“(Alejandro) Todos los días buscaba la manera de estar en contacto con mis hijos, y si no en persona, por teléfono, pero casi siempre era verlos todos los días. Era muy cariñoso, la verdad, simplemente era una muy buena persona y lo siento mucho todo lo que está pasando porque a él le gustaba mucho Bronco y la música en general, por eso fue al evento”, detalló la señora Escalera.
Frente a la tumba de Jesús, su madre, María de la Luz, aún con un cabestrillo en el brazo izquierdo, con la pierna del mismo lado inmóvil y con moretones en el rostro y cuerpo, contemplaba en llanto el sepulcro de su hijo. No hubo palabras, solo abrazos y acompañantes del dolor.
Alejandra Gámez y Roberto Gámez, hijos de Alejandro, también lloraron su pérdida junto a su madre, sus hijos y otros familiares que se dieron cita en el camposanto”, dijo Marylu.
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De acuerdo con Marylu Escalera, desde el primer momento en que ocurrió el accidente, las autoridades se pusieron en contacto con ella para afinar detalles del traslado de su esposo al hospital y desde ese momento hasta ayer el gobierno de Nuevo León y la autoridad en la alcaldía de San Pedro Garza García no han soltado la mano de la familia en la gestión de trámites.
“El clima influyó mucho. Fue un accidente. No siento que alguien haya tenido la culpa, nadie es culpable porque la mayor parte de la gente iba para alegrarse, para apoyar al grupo y es una situación que le pudo pasar a cualquiera.
Los ataúdes se cerraron. Luego fueron bajados poco a poco al suelo y tapados con tierra como en cualquier otro funeral, pero para la familia fue uno diferente pues se visualizaban bailando con Intocable el próximo domingo después de ir a ver a Grupo Bronco el miércoles pasado, plan que ya no sucederá.
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