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Hijo de un camionero, aprendiz de panadero y monaguillo de corazón, Raúl Arias Lovillo logró ser rector de la Universidad Veracruzana (UV) y hoy busca la alcaldía de la ciudad de Xalapa , capital del estado.
Intentó ser candidato independiente pero las reglas burocráticas se lo impidieron, sin embargo, lo acogió el Partido Movimiento Ciudadano (MC) y desde ahora advierte y ofrece "diálogo, pero no sumisión”.
Su padre le obligó a trabajar en un taller mecánico para alejarlo de la grilla porril en sus años estudiantiles, lo que le permitió graduarse, ser profesor e investigador de alto perfil e incluso llegar a la rectoría de la UV, la universidad pública más importante del sur sureste del país.
Ahí enfrentó a dos gobernadores, uno de gran calado y otro un joven que se empoderó: Fidel Herrera Beltrán, polifacético y populista, siempre envuelto en la polémica; y Javier Duarte de Ochoa, exultante, colérico y ahora impresentable.
“Con Fidel fue una relación difícil pero fructífera, porque era ante todo un político profesional, discutíamos, nos peleábamos, pero al final llegábamos a acuerdos. Llegó a proponer que se pintaran las instalaciones de rojo y le dije: no, no, no. (...) Duarte tenía una molestia porque nunca di la oportunidad de que se interviniera directamente en la asociación de la rectoría, esa fue la realidad”.
Su abuelo Francisco Arias Bautista, en aquellas largas convivencias en las entrañas de su panadería y mientras hacía bolillos, conchas, orejas, le enseñó que siempre debería tener respeto por los demás pero nunca sumisión.
“Sumisión ante nadie, respeto siempre, dignidad toda la vida. Eso lo aprendí de mi abuelo Francisco Arias Bautista”, recuerda aquellos momentos en el pueblo cafetalero de Coatepec, donde luego del arduo trabajo se lo llevaba al parque.
En ese rincón de la zona montañosa de Veracruz, en sus años mozos, casi vivía en la Iglesia, al lado del mítico padre Martín del Campo: como monaguillo acudía fielmente a las misas diarias, a los velorios y cualquier fiesta religiosa, pero luego se alejó al entender, un poco más crecido, que su sueño de ser sacerdote tenía que dejarlo atrás porque le encantaban las mujeres.
Como estudiante se enfrentó a los porros con la construcción de consejos estudiantiles, como académico, líder de profesores de economía y fue uno de los principales líderes del movimiento democrático en la lucha sindical de la casa de estudios.
Con la experiencia del manejo de más de cuatro mil millones de pesos en la casa de estudios, Arias decidió emprender una lucha por la capital al mirar -dice- con tristeza como Xalapa retrocedió más de 20 años por gobiernos irresponsables que dejaron crecerla de manera anárquica con casi 500 colonias, la mayoría de ellas sin servicios públicos por no estar municipalizadas.
Reconoce que Movimiento Ciudadano fue abierto al respetar la plataforma ciudadana y de gobierno que él construyó.
Se muestra respetuoso del candidato de Morena, el empresario Ricardo Ahued Bardahuil, a quien califica como "una buena persona", pero lamenta que Morena, como gobierno, es un desastre al no encontrar un solo avance ni visión de futuro, al contrario, un retroceso histórico completo en el país.
Del abanderado del PAN-PRI-PRD, David Velasco Chedrahui afirma que la gente no lo recuerda como un buen alcalde por la ausencia de proyectos.
Consideró que tanto Ricardo Ahued como David Velasco, solo defenderán proyectos del pasado, el primero porque el “jefe así lo dice” y con el segundo, porque “no tiene proyectos a futuro”.
“La gente es el objetivo fundamental de cualquier política, y ésta sirve y debe de ser para resolver realidades de la gente. Sí estamos en el mismo sentido, colaboraré muy bien con el gobierno estatal, gobierno federal y con todas las instancias”, promete.
om/rdmd