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Así como la ciudadanía está lista para ejercer su derecho al voto este domingo en la elección más grande de la historia de México, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) se encuentra preparado para resolver las miles de controversias que podrían llegar en las próximas semanas a este órgano judicial que tengo el honor de presidir y que será responsable, entre otras tareas, de calificar la elección presidencial.
En sus casi 30 años de historia, el Tribunal se ha consolidado como una institución sólida e independiente, circunstancia que la ha llevado a constituirse como el gran pilar del sistema electoral mexicano encargado de brindar certeza a la sociedad y actores políticos de nuestro país.
El TEPJF ha sido garante de las transiciones pacíficas y de las alternancias políticas que ha experimentado el país en las últimas décadas, resultado del trabajo de cuando menos dos generaciones de especialistas en materia electoral, académicos, organizaciones civiles y juristas que, con una profunda vocación democrática, han puesto al servicio del país sus conocimientos para construir las instituciones que hoy día nos permiten tener elecciones libres y auténticas.
Actualmente, el Tribunal está conformado por magistradas y magistrados del más alto nivel, con una larga y probada trayectoria, además de demostrada autonomía, cuyas resoluciones distan de enarbolar cualquier bandera política. Nadie puede poner en duda la fortaleza de esta institución que no ha dejado de resolver, entre otros, los asuntos inherentes al proceso electoral, que formalmente comenzó en septiembre pasado.
Con esa misma fortaleza, autonomía e historia de más de tres décadas apegada a los principios constitucionales, quienes integramos la Sala Superior nos encontramos plenamente preparados para hacer frente a los desafíos que habrán de planteársenos pasada la jornada electoral.
Democracia no es unanimidad sino la prevalencia de la mayoría. La diversidad de criterios siempre estará presente en una colectividad y forma parte de la vida colegiada de una institución como el TEPJF. Los puntos de vista discrepantes son, de hecho, parte de un verdadero sistema democrático y es natural que difieran las opiniones que puedan tener unos y otros integrantes de una sociedad tan vasta como la mexicana.
Que a nadie le quepa duda: el Tribunal Electoral cuenta con la capacidad, preparación y equipos jurisdiccionales altamente calificados para garantizar que se cumplirá en tiempo y forma con el trabajo que nos compete.
Si bien está pendiente la designación de dos magistraturas, es la propia Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación la que nos permite seguir, sin excepción alguna, cumpliendo con nuestro deber en todas las fases del proceso electoral, sin restar legitimidad a nuestras decisiones. Para la calificación de la elección presidencial, el Tribunal estará pertinentemente completo con la incorporación de la magistratura regional que conforme a la ley proceda.
A la ciudadanía reiteramos: el Tribunal Electoral ha estado y estará a la altura de las circunstancias políticas e históricas que nos ha tocado vivir, así como con las dificultades y particularidades que todo proceso comicial conlleva.
Esta elección está precedida por 30 años de construcción democrática, impulsada desde distintas trincheras por mexicanas y mexicanos, cuyas voces aún tenemos la fortuna de escuchar. A ellas y ellos, desde este órgano jurisdiccional les recordamos que no hay razón alguna para poner en duda la actuación o deslegitimar las decisiones que aquí se instituyen.
Salgamos a votar este domingo con la confianza de que México cuenta con un Tribunal Electoral que trabaja de forma autónoma e independiente, alejado de cualquier presión y con la firme convicción de que no habrá marcha atrás frente a los logros obtenidos durante las últimas tres décadas. Magistrada presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.