En el pasado fue una figura preponderante del panismo poblano, hasta que Eduardo Rivera se confrontó con el entonces gobernador Rafael Moreno Valle y fue perseguido y condenado al ostracismo, del que salió para arrebatarle a Morena la capital poblana y de paso encabezar una oleada opositora en toda la zona metropolitana.
En el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) suma más de 295 mil sufragios a su favor y entonces pone freno a aquellos que buscan arrebatarle su triunfo bajo el argumento que recibió ayuda oficial en medio de una confrontación de grupos morenistas que gobiernan la entidad.
"Absolutamente falso, el gobernador no intervino absolutamente en el proceso electoral, sus diferencias que tienen ellos en Morena son sus diferencias, están en el ámbito de su partido político y lo que sucedió en la campaña es una lectura ciudadana (...) el triunfo es de los poblanos y poblanos, yo tampoco me lo puedo adjudicar”, afirma en entrevista con EL UNIVERSAL.
El exdiputado local y federal afirma que también intervinieron otros factores que jugaron a su favor, como el desgaste natural del gobierno morenista y, por otro lado, la disciplina de trabajo de hace años y su actitud resiliente.
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“No traíamos el cálculo de una victoria de más de dos dígitos y haber obtenido 21 puntos es algo extraordinario (…) el resultado va más allá de cualquier estándar que cualquier otro resultado obtenido en otro municipio del área metropolitana o del interior. Habrá analíticas que den su punto de vista, el triunfo fue las y los poblanos, y me siento satisfecho”, precisó.
Desde ahora afirma que los tres ingredientes clave en las relaciones políticas son respeto, diálogo y acuerdos para solucionar los problemas, así -adelantó- será su relación con el gobernador de Morena.
“Ambos conocemos de política, la campaña ya terminó y espero pronto haya una reunión. Lo responsable es hacer equipo y lo haré con el gobernador del Estado, con el presidente de la República y, en los ámbitos que corresponda”, precisó.
Rivera dijo que ejercerá plenamente la autonomía municipal contenida en el 115 constitucional, facultades y funciones a las cuales no renunciará, pero acepta que pueda haber un mando coordinado en materia de seguridad, un hecho que causó un rompimiento entre el mandatario y la alcaldesa de su partido, Claudia Rivera, quien se negó a entregarle el control de la seguridad en la capital.
“Esto no significa que vaya yo a tener pleitos ni que no haya coordinación. El mando de la seguridad pública le corresponde al municipio, pero puede haber un mando coordinado. Diferencias siempre habrá, lo importante es que haya cauces de diálogo y disposición de acuerdos”, dejó en claro.
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Se congratuló de la altura de miras que demostró el gobernador al reconocer su triunfo y extenderle una invitación para trabajar juntos.
En el morenovallismo sufrió el congelamiento de sus cuentas bancarias y el aseguramiento de sus bienes, ahora rechaza una cacería de brujas o persecución contra la alcaldesa y excandidata morenista de Puebla, Claudia Rivera Vivanco.
Su gobierno, afirmó, no será de “crucificar a nadie”, simplemente cumplirá la ley a secas, como el proceso de entrega-recepción y será la autoridad correspondiente la que sancione o no la gestión de la actual alcaldesa y su contendiente electoral.
“Ni siquiera está en mi ámbito personal, ni vengo con el ánimo de una cacería de brujas, mi ánimo es ver hacia adelante. Esto está en los ámbitos de la propia contraloría del municipio y por otras auditorías superiores como la del Estado u otras instancias”, señala.
En cuanto a su proyecto político de gobierno, puntualizó que trabajará de manera coordinada con el resto de municipios, por ser ya una zona metropolitana.
El PAN y sus aliados recobraron los cinco municipios de la poderosa zona metropolitana de la ciudad de Puebla, pero aclara que pensar ahora en la gubernatura para el panismo son escenarios futuros.
“Lo que está en la mira es una buena transición, un plan de gobierno y proponernos a trabajar desde el primer día. Ya tenemos el plan de gobierno, ahora hay que socializarlo y comunicarlo. Pensar en el 2024 no está en mis planes, desconcentra y quita energía a la responsabilidad que me han concedido”, dice.
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