“Por primera vez, llegamos las mujeres a conducir los destinos de nuestra hermosa nación y digo, llegamos, porque no llego sola, llegamos todas”, enunció Claudia Sheinbaum el primero de octubre de 2024 en su discurso de toma de protesta como primera presidenta de México.
“Es un avance histórico poder decir que tenemos fiscales mujeres, ministros de la Corte, etcétera. Reconocerlo es importante para efectos de hacer diseño institucional del Estado, pero no podemos solamente quedarnos en ese discurso”, manifestó, en entrevista, Leslie Jiménez Urzua, especialista en derecho penal.
Tras la aprobación de la reforma judicial y la elección de personas juzgadoras por voto popular, la paridad de género se ha visto cuestionada por parte de las personas que aspiran a un cargo en el Poder Judicial; de ser elegidas mediante concursos de oposición, ahora la selección de candidaturas contempla incluso el uso de tómbolas.
Ante ello, especialistas mencionan que el método es poco flexible, ya que ‘“la tómbola ciega” no toma en cuenta factores como si las aspirantes son madres de tiempo completo, desempeñan labores de cuidado o tareas domésticas.
EL UNIVERSAL entrevistó a Leslie Jiménez Urzua, maestra en derecho, y Melissa Ayala, abogada especializada en derechos humanos y teoría legal feminista, para conocer el origen e importancia de la paridad de género en la próxima elección judicial que se llevará a cabo el 1 de junio.
La paridad de género en la historia judicial de México
En 1996 se creó el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, mismo que se ha encargado de proponer distintas medidas con el objetivo de establecer la paridad mediante acciones afirmativas para la representación de grupos en situación de vulnerabilidad, desventaja o discriminación.
Sin embargo, fue hasta 2019 se aprobó a reforma constitucional de “paridad en todo”, la cual establece que la mitad de los cargos en los tres ámbitos del gobierno y organismos autónomos deben de estar ejercidos por mujeres.
A partir de aquel momento, se ha buscado que la toma de decisiones esté equilibrada por los distintos grupos en situación de discriminación como mujeres, personas indígenas, afromexicanas, comunidad LGBTIQ+, con discapacidad y migrantes.
El 25 de julio de 2024, la presidenta Claudia Sheinbaum, prometió paridad de género no solamente en la reforma judicial, sino también en los cargos importantes de todo el gobierno. “Hay que buscar que, por lo menos, en todo el gobierno siga habiendo la paridad en los puestos más altos”, afirmó en conferencia de prensa.
Sin embargo, “enunciar que se buscará la paridad de género, no era suficiente”, afirmó Melissa Ayala en entrevista, quien también señala que no se establecieron acciones afirmativas para garantizar la paridad de género en esta elección.
Desigualdades en el proceso de las Elecciones Judiciales
El pasado 12 de octubre de 2024 se determinaron por insaculación (tómbola) los cargos judiciales a elegir en la elección judicial de 2025. De acuerdo a la Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación (JUFED), hay un total de 548 juezas y magistradas, de las cuales 224 dejarán su cargo en este año y en 2027 se desocuparán 324 más.
“Creo que una reforma al Poder Judicial que hubiese pensado en mujeres también estaría pensando no solamente cómo lograr que más mujeres lleguen a estos puestos, sino también cómo lograr que se queden en esos puestos”, enunció Melissa Ayala, añadiendo que al momento de elegir qué mujeres irían a la insaculación, no se tomó en cuenta a quienes están ejerciendo su maternidad o se encuentran en una situación particular.
Ante esta situación, las juezas y magistradas mostraron su descontento comentando que los cargos que son ocupados actualmente por juezas y magistradas deberían seguir siendo ocupados por mujeres y no someterlo a un cambio porque “para poder llegar a estos puestos, te vas a dar cuenta que existían muchos sacrificios que muchas mujeres tuvieron que realizar en su vida personal para poder acceder a estos cargos”, comentó la especialista.
A pesar de que la paridad se contempla en la reforma judicial, no hay mecanismos o aspectos que la garanticen. Por ejemplo, hay 10 mil 862 hombres, 6 mil 101 mujeres y 106 personas no binarias inscritas para contender en la elección; la duda que queda al aire es de qué manera se cumplirá la igualdad de oportunidades si las inscripciones no fueron equilibradas.
¿Por qué es importante la paridad de género?
La maestra en Derecho, Leslie Jiménez, hizo hincapié en que “el derecho es masculinizado en muchas ocasiones y que invisibiliza varias de las situaciones que generan alguna cuestión de desigualdad o que generan algún aspecto donde no haya justicia”. La especialista señala que tener jueces o juezas pertenecientes a grupos en situaciones de vulnerabilidad también humaniza la justicia.
A pesar de que en los últimos años se han incorporado más mujeres a distintos cargos políticos, eso no significa que la paridad de género haya sido cumplida en toda la extensión de la palabra. La paridad no es únicamente llegar a una igualdad de participación entre hombres y mujeres, sino también que los grupos pertenecientes a comunidades en situaciones vulnerables tomen decisiones.
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“No solamente es una paridad de género en términos de tener mujeres, sino una paridad que permita que además haya personas que también han vivido situaciones de vulnerabilidad, de injusticia”, expuso Jiménez Urzua, quien mencionó que no solamente debe haber mujeres juzgadoras, sino también personas con perspectiva de género e interseccional incorporada en su actuar institucional.
“Por ejemplo, niñas, adolescentes o mujeres que hayan vivido violencia sexual o feminicidio se sientan representadas y visibilizadas por el sistema que, insisto, normalmente es masculino y abstracto”, enfatizó la especialista.
Por su parte, Melissa Ayala apuntó que es importante que las autoridades pertenecientes a los tres poderes de la unión tengan claro que “la democratización de la justicia es contar con perfiles diversos dentro de la propia Judicatura” porque permite que se tengan criterios que se adecuen y se acerquen al contexto real.
¿Hay voluntad política para cumplir la paridad?
La paridad de género ha sido un tema que, desde 1996, se ha visibilizado y poco a poco se ha implementado en diversos espacios de la administración pública. Sin embargo, pese a las leyes, su aplicación también depende en cierta medida de la voluntad política del actual gobierno.
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Leslie Jiménez consideró que no existe tal voluntad en el proceso de elección judicial. “Una pensaría que avanzada ya las etapas de la implementación de la reforma, se buscaría en la medida de lo posible hacer que se lleve a cabo (la paridad) en las convocatorias (...) No están buscando ni siquiera que se cumplan los objetivos de derechos humanos de la reforma”, aseveró.
Por su parte, Melissa Ayala, consideró que sí existe voluntad política porque, en primera instancia, el mando del Poder Ejecutivo está a cargo de una mujer, sin embargo, esa voluntad se pierde en el instante en el que se legisló la reforma judicial, ya que no se tomó en cuenta la cantidad de tiempo disponible que tienen las mujeres en relación con los hombres para postularse e impulsar una candidatura.
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