Toluca, Méx.— “Todo valió la pena por mi nieto”, dijo José Alberto Hernández minutos antes de salir junto con su esposa Mariana, su hija y Christopher —el hijo de los padres que golpearon a una maestra en la escuela Frida Kahlo— del albergue Villa Hogar del DIF del Estado de México.
Los abuelos del menor pasaron 12 días de angustia, primero sin conocer su paradero y luego acudiendo a las convivencias con el niño, hasta que finalmente ayer les fue entregado.
Por ahora sólo deben esperar a que se resuelva la situación jurídica de Jesús Adib y Laura, vinculados a proceso por el delito de extorsión, luego de presuntamente agredir a una docente y una trabajadora del plantel escolar, el pasado 17 de julio.
“Todo ha valido la pena por nuestro nieto, él fue arrebatado de su madre. A ustedes les consta que hasta la primera audiencia de sus padres fue que nos notificaron donde estaba”, comentó el señor José.
Cerca de las 10:30 horas, José y Mariana llegaron en un automóvil al albergue ubicado en Toluca; ambos dijeron sentirse felices por haber logrado recuperar al menor, quien permaneció en las instalaciones del DIFEM ante el proceso judicial que llevan sus padres.
La meta de recuperar al menor era la premisa de Jesús y Laura, quienes, según su abogado César Alfonso Sánchez, “se pusieron contentos y alegres” al saber que su nieto estaría en casa, con su familia.
Christopher salió del albergue tras 12 días, luego de que la Fiscalía General de Justicia estatal ordenó que fuera resguardado por el Estado, hasta descartar que estaba en riesgo.
El abuelo del menor ha calificado todo este proceso como una “tormenta”, y si bien se abstiene de hacer declaraciones sobre el tema legal que siguen Jesús Adib y Laura, padres del niño, afirmó que ver a su nieto regresar a casa es una felicidad indescriptible.
“Nunca pensé llegar a decir esto, pero eso de tener a un hijo o nieto primero en carácter de desaparecido y luego lejos del seno [familiar] la verdad es una tormenta, imagínense en él lo que significa”, expresó.
“Estamos bien. Gracias a Dios, ya nos entregaron a mi nieto. Ya lo tenemos con nosotros”, fueron las primeras palabras del abuelo, quien afirmó que al ser una familia de personas trabajadoras, deberán ajustar su vida y calendario para asumir el cuidado del menor, de quien no pelean la custodia, serán sus cuidadores mientras se resuelve la situación jurídica de los padres.
El señor José Alberto afirmó que el menor está bien, sólo que no quiso soltarse de la mano de su abuela Mariana, pues “le pasó una vez que lo arrancaron de los brazos de su tío, después de su abuelita cuando estaba en el Ministerio Público, por lo que al escuchar: ‘Ahorita venimos’, ya no quiso soltar a su abuela”.
Lo primero que hizo el menor tras salir del albergue fue visitar a sus abuelos maternos, con quienes también tiene contacto y quieren verle, aunque el niño vivirá con los abuelos paternos y su tía. Por lo pronto, está descartado que vayan a llevarlo a ver a sus padres, hoy detenidos.
Además, procurarán alejarlo de toda la información que se publica o transmite sobre sus progenitores, en tanto que deberá recibir atención sicológica y visitas regulares por parte del DIFEM.
En el momento exacto de su salida, Christopher fue cubierto con una chamarra para impedir que su rostro fuera tomado por los fotógrafos, aunque antes se mostró feliz y lleno de alegría por ir a casa.
César Alfonso Sánchez, abogado de Jesús y Laura, dijo que esperan poder obtener la libertad de la mujer antes de cumplir los 45 días de prisión preventiva justificada que dictó un juez por el delito de extorsión, por el que fueron vinculados a proceso ella y su esposo, y señaló que van a interponer un recurso de apelación en contra de la vinculación a proceso por el tipo penal de extorsión.
“Los 45 días de prisión preventiva solamente son de investigación complementaria”, añadió.