Toluca, Méx.—La sequía y el desabasto de agua también golpeó la producción de aguacate en ocho comunidades de Donato Guerra, al sur de la entidad, quienes perdieron el 30% de la cantidad de fruta que colocaban para exportación anualmente, reconoció Rigoberto Reyes Victoria, presidente de la Asociación de Aguacateros La Libertad.
“La escasez de agua afectó 30% la producción , porque este cultivo requiere muchísima agua, con la falta de las lluvias hubo un impacto y se requirió fumigación para retención de fruta y vamos a esperar que engorden los aguacates, deben tener 120 o 150 gramos cada fruto, para que en las primeras semanas de agosto llegue a los negocios, los empaques; a partir de la segunda semana de julio los compradores verifican que sea de buena calidad y después llega la venta”, describió.
El productor explicó que este cultivo requiere grandes cantidades de agua y para solventar la escasez del recurso, compraron pipas que cada mes significaron un desembolso de 15 mil pesos.
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Como cada año, a partir de la segunda semana de julio comienzan a recibir a los “empacadores” o intermediarios que les compran cerca de 300 toneladas de fruto, que después exportarán a Dubai, Japón, China, España y Canadá, pues reconoció que la entidad no es exportadora del aguacate, por lo que venden a los michoacanos la producción que cumple con la calidad, el peso y las características necesarias para poderse vender en el extranjero y el resto, lo venden en el interior de la República, sobre todo en otros municipios mexiquense.
“Como hay calidad, a nosotros nos compran con uno o dos pesos arriba del precio normal, porque lleva el estándar, la mayor parte debe ser producido con inocuidad. Nosotros tenemos un ingeniero que nos lleva el control, la fumigación, el control de químicos, todo para que haya condiciones”, destacó.
Resaltó que la organización que representa agremia a 24 productores de los cuales, 15 son del pueblo de San Lucas y el resto de los alrededores, como San Juan Xoconusco, San Lucas, Santiaguito, San Agustín, cabecera municipal, Cabecera de Indígenas y algunos de Valle de Bravo.
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Dijo que realizan dos cosechas por año, una se hace en agosto y la otra entre noviembre y febrero, dependiendo de la demanda del mercado. Cada año aumenta sobre 200 o 300 toneladas por temporada, aunque promedian la venta de 600 o 700 toneladas anualmente, que son las cifras que se han mantenido por 10 años.
Rigoberto, que desde hace 10 años se dedica al aguacate, consideró que la producción destaca entre las más nobles del mercado, pues en dicha región es fácil que se produzca con calidad y ésta no sólo les da empleo en las comunidades, sino les permite brindar mejores oportunidades a sus hijos.
“Gracias a nuestro cultivo, el tipo de vida para nuestros hijos es otro, lo más importante es producir calidad, porque el aguacate en la zona se da solo, pero la idea es agarrar todas las capacitaciones y cursos para mejorar la calidad de la fruta, porque la mayor parte es para exportación”, apuntó.
Dijo que del total de la producción de todos los aguacateros en Donato Guerra, el 70% es para exportación. Pero enfatizó que el gobierno mexiquense y la Secretaría del Campo no tienen exportación sino que ellos dependen de los “empaques”, como llaman a los intermediarios, quienes tienen su giro para colocar el fruto en otros países y se llevan el que tiene mayor calidad, el estándar, los calibres.