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Naucalpan, Méx.— Está por concluir la concesión del confinamiento metropolitano de Rincón Verde, uno de los más grandes del Estado de México que opera la empresa Biomerik, donde la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México (Propaem) mantiene una clausura parcial y al que todos los días llegan unas 2 mil toneladas de basura de la Ciudad de México y de Naucalpan, entre otros municipios mexiquenses.
Por el daño ecológico que genera este confinamiento, es urgente revisar su operación y determinar si se renueva o no esta concesión que vencerá el próximo año, señalaron en entrevistas por separado la alcaldesa Angélica Moya Marín (PAN) y el edil electo, Isaac Montoya Márquez (Morena).
Esto al reconocer el pasivo ambiental que genera este sitio en Rincón Verde, así como el otro basurero metropolitano que opera la empresa Profaj y que explotó el 4 de julio de 2023, provocando la muerte de dos trabajadores.
Este depósito de basura fue clausurado de forma total por la Propaem el 8 de julio, sanción que en unas horas fue modificada por una clausura parcial; a inicios de agosto permanecen sellos de la procuraduría en el acceso principal del confinamiento al que todos los días llegan más de 30 tráileres de 30 toneladas.
En tanto, vecinos de Rincón Verde, Puente de Piedra, El Tejocote, Los Pinos 2, La Nopalera, El Cristo y Emperadores han documentado el daño ecológico que genera este confinamiento “que no cumple con la NOM-083-SEMARNAT-2003”, pues miles de toneladas de basura permanecen al aire libre, generan lixiviados al subsuelo, olores pestilentes, fauna nociva y han tapado árboles, dijeron a EL UNIVERSAL.
Angélica Moya Marín reconoció en entrevista que el título de concesión —otorgado en 2005— establece que los empresarios que operan el confinamiento tienen que contar con autorización del ayuntamiento para poder recibir basura del exterior, por ello, el comité en la materia está analizando esta situación.
Ese relleno sanitario está a punto de concluir su periodo de 20 años de concesión.
“Ya será cuestión del subsecuente gobierno lo que determine hacer con él”, apuntó la presidenta municipal, quien señaló que en los cinco meses que quedan de este gobierno se va a avanzar respecto a la posibilidad o no de que se extienda la concesión.
La concesión terminará el próximo año, en tanto “hemos tratado de regularizar a Biomerik. Nos va llevar mucho tiempo pelear a trancazos, preferimos negociar para que se regularice”, afirmó Angélica Moya.
Mientras que Isaac Montoya comentó que ante la proximidad de que termine el título de concesión, “vamos a hacer la revisión pertinente, en la que tiene que intervenir el gobierno del Estado de México. Nosotros somos de la idea de que se tiene que revisar qué tanto conviene al municipio y a su población que continúe ahí o al menos como está ahora, porque vemos varias deficiencias en su operación que ponen en riesgo la salud de las familias que habitan en los alrededores”.
Naucalpan “no puede ser el traspatio de la CDMX”, no sólo por las toneladas de cascajo que llegan de la capital del país y que son descargadas en zonas ejidales y boscosas de este municipio, sino también por miles de toneladas de basura que han dejado un pasivo ambiental, agregó.