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Cuautitlán, Méx.— Al cumplir cuatro días entre el lodo desalojando aguas negras pestilentes, luego de una severa inundación que dañó cerca de 500 casas de Rancho San Blas, donde el afluente superó el nivel de sus mesas y perdieron documentos, mobiliario y autos, vecinos afectados piden la clausura de la construcción de grandes bodegas que afectó el curso de un cauce de aguas negras, cuyo caudal derrumbó una barda perimetral e inundó sus viviendas.
“La mayoría llegamos aquí hace 25 años y nunca habíamos sufrido una inundación como la del 27 de junio”, que los ha mantenido llenos de lodo y entre aguas pestilentes, señalaron habitantes durante un recorrido realizado por EL UNIVERSAL.
Durante el domingo cientos de personas continuaban limpiando sus casas, tirando sus muebles, especialmente salas, comedores, vitrinas, libreros, refrigeradores, lavadoras, y hasta estufas, así como ropa y zapatos llenos de lodo, apoyados por cuadrillas de policías de Cuautitlán.
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El cauce de aguas negras quedó tapado con la construcción de grandes bodegas llamados “centros logísticos”, que se edifican junto a esta colonia, señalaron, entre otros, Olivia Vargas y Miguel Ángel Mondragón.
Por ello, la obra de construcción de los llamados “centros logísticos” debe ser clausurada para que se revise cómo afectaron el cauce del canal y drenajes d aguas negras que inundaron la zona, indicaron vecinos.
Cuando el agua se acumuló derribó la barda que divide Rancho San Blas del centro logístico y el agua penetró en más de 500 casas, indicó Ulises Sánchez, quien encabeza a un grupo de voluntarios que llevaron víveres, ropa, cobijas, trastes, vasos y platos desechables para los vecinos afectados que fueron repartidos en la escuela Frida Kalho.