samantha.guzman@clabsa.com.mx
Espesos bosques con aires de misterio, cocina tradicional y un poquito de vértigo es lo que puedes esperar al explorar los Pueblos Mancomunados de Oaxaca. Seis de ellos colaboran en conjunto para ofrecer experiencias ecoturísticas a los viajeros.
Te contamos qué tienen de especial cada una de estas comunidades.
Benito Juárez
Fue el primer poblado donde se instalaron servicios turísticos. Sin embargo, permanece como un apacible remanso perdido en el bosque, a más de tres mil metros de altura sobre el nivel del mar. Todos los visitantes quieren caminar por su gran puente colgante anclado a dos peñascos; mide 150 metros de largo y, cuando lo cruzas, lo único que ves es una alfombra “pachoncita” de vegetación. Si tu cuerpo pide más adrenalina, hay un circuito de tres líneas de tirolesa. La más alta es de 80 metros.
Dos familias te invitan a conocer cómo cuidan sus aves de corral y sus hortalizas donde cultivan lechuga, maíz y frijol. En la Casa de Piedra te enseñan a preparar chocolate y a fabricar adobe, material con el que se hacen sus casas.
En la Casa del Turista se construyó una habitación con techo de cristal para admirar las estrellas en todo su esplendor.
San Antonio Cuajimoloyas
Es otro de los destinos de mayor elevación: a tres mil 200 metros sobre el nivel del mar. Se volvió famoso en el estado por su Feria Regional del Hongo, que se realiza entre julio y agosto. El primer día se recolectan setas en la montaña y se premia al que encuentre la mayor variedad (se han llegano a reunir entre 250 y 260 especies distintas). Después, los miembros de la comunidad venden platillos elaborados con la cosecha: hongos empapelados, empanizados, preparados en tamales o con arroz.
Te contamos qué tienen de especial cada una de estas comunidades.
Benito Juárez
Fue el primer poblado donde se instalaron servicios turísticos. Sin embargo, permanece como un apacible remanso perdido en el bosque, a más de tres mil metros de altura sobre el nivel del mar. Todos los visitantes quieren caminar por su gran puente colgante anclado a dos peñascos; mide 150 metros de largo y, cuando lo cruzas, lo único que ves es una alfombra “pachoncita” de vegetación. Si tu cuerpo pide más adrenalina, hay un circuito de tres líneas de tirolesa. La más alta es de 80 metros.
Dos familias te invitan a conocer cómo cuidan sus aves de corral y sus hortalizas donde cultivan lechuga, maíz y frijol. En la Casa de Piedra te enseñan a preparar chocolate y a fabricar adobe, material con el que se hacen sus casas.
En la Casa del Turista se construyó una habitación con techo de cristal para admirar las estrellas en todo su esplendor.
San Antonio Cuajimoloyas
Es otro de los destinos de mayor elevación: a tres mil 200 metros sobre el nivel del mar. Se volvió famoso en el estado por su Feria Regional del Hongo, que se realiza entre julio y agosto. El primer día se recolectan setas en la montaña y se premia al que encuentre la mayor variedad (se han llegano a reunir entre 250 y 260 especies distintas). Después, los miembros de la comunidad venden platillos elaborados con la cosecha: hongos empapelados, empanizados, preparados en tamales o con arroz.
Viaje a la maravillosa sierra de Oaxaca
(Foto: Cortesía Expediciones Sierra Norte)
En junio, julio y agosto, dos grupos de mujeres cocinan hongos en escabeche. Quienes buscan más proteína pueden ir a los tres criaderos de trucha. Aquí se encuentra una tirolesa de un kilómetro, la más larga de Oaxaca, distancia suficiente para sobrevolar el pueblo y el bosque.
En la localidad también se confeccionan artesanías con sarcina (creada a partir de las hojas de los pinos).
San Isidro Llano Grande
Diariamente, por la madrugada, desde este pueblo salen grupos de exploradores para internarse en el bosque. La razón: alcanzar el mirador La Sepultura. Desde este punto se aprecia la cordillera de los Valles Centrales del estado. Pero lo más especial es ver montones de nubes formarse debajo de ti, hasta crear un “mar” que resalta con el amanecer. Esto ocurre sobre todo en temporada de lluvias.
En Llano Grande, la vegetación es mucho más espesa; el pueblo prácticamente está escondido en la naturaleza. Un guía local, José Luis, organiza recorridos de ciclismo especializados para expertos y tours de avistamiento de aves.
En la localidad también se confeccionan artesanías con sarcina (creada a partir de las hojas de los pinos).
San Isidro Llano Grande
Diariamente, por la madrugada, desde este pueblo salen grupos de exploradores para internarse en el bosque. La razón: alcanzar el mirador La Sepultura. Desde este punto se aprecia la cordillera de los Valles Centrales del estado. Pero lo más especial es ver montones de nubes formarse debajo de ti, hasta crear un “mar” que resalta con el amanecer. Esto ocurre sobre todo en temporada de lluvias.
En Llano Grande, la vegetación es mucho más espesa; el pueblo prácticamente está escondido en la naturaleza. Un guía local, José Luis, organiza recorridos de ciclismo especializados para expertos y tours de avistamiento de aves.
Viaje a la maravillosa sierra de Oaxaca
(Foto: Cortesía Expediciones Sierra Norte)
Un panadero de la comunidad muestra a los visitantes el proceso de elaboración.
El pan que se prepara en la sierra es de trigo, un poco más plano que el que estamos acostumbrados en la ciudad.
Los adultos mayores reciben a los viajeros y les cuentan leyendas de la región.
Santa Martha Latuvi
La mayoría de sus experiencias te acercan a la gente del pueblo, casi hasta sentirte parte de ella. En primer lugar, está la oportunidad de dormir en la casa de una familia. Luego, aprender a preparar tu propia mermelada con ayuda de una cooperativa de mujeres dedicadas a esta actividad. Puedes hacer una caminata hasta un manantial para ver cómo se desarrolla la agricultura a sus alrededores, o acudir a un criadero de truchas para pescar tu comida.
En julio se organiza la Feria de la Manzana. Encuentras toda clase de postres preparados con esta fruta: tartas, panqués, mermeladas, ate y pastel. Para darle variedad, hay platos fuertes, como el caldo de trucha o gallina criolla.
San Miguel Amatlán
Es un poblado muy orgulloso de su historia. Cuenta con un museo que exhibe fotografías antiguas y una réplica del códice que documenta el inicio de los Pueblos Mancomunados.
Durante la Nueva España fue una zona minera, administrada por los españoles y, cuando ellos se retiraron, los miembros de la comunidad la explotaron por un tiempo. Todavía se conserva la entrada de una mina, en la cual se realizan breves recorridos. Es posible adentrarse en ella aproximadamente 150 metros.
Un grupo de artesanos crea muñecas con totomoxtle (la cáscara del maíz). Otros locales te invitan a participar en el cultivo de hongos y preparación de pan serrano.
El pan que se prepara en la sierra es de trigo, un poco más plano que el que estamos acostumbrados en la ciudad.
Los adultos mayores reciben a los viajeros y les cuentan leyendas de la región.
Santa Martha Latuvi
La mayoría de sus experiencias te acercan a la gente del pueblo, casi hasta sentirte parte de ella. En primer lugar, está la oportunidad de dormir en la casa de una familia. Luego, aprender a preparar tu propia mermelada con ayuda de una cooperativa de mujeres dedicadas a esta actividad. Puedes hacer una caminata hasta un manantial para ver cómo se desarrolla la agricultura a sus alrededores, o acudir a un criadero de truchas para pescar tu comida.
En julio se organiza la Feria de la Manzana. Encuentras toda clase de postres preparados con esta fruta: tartas, panqués, mermeladas, ate y pastel. Para darle variedad, hay platos fuertes, como el caldo de trucha o gallina criolla.
San Miguel Amatlán
Es un poblado muy orgulloso de su historia. Cuenta con un museo que exhibe fotografías antiguas y una réplica del códice que documenta el inicio de los Pueblos Mancomunados.
Durante la Nueva España fue una zona minera, administrada por los españoles y, cuando ellos se retiraron, los miembros de la comunidad la explotaron por un tiempo. Todavía se conserva la entrada de una mina, en la cual se realizan breves recorridos. Es posible adentrarse en ella aproximadamente 150 metros.
Un grupo de artesanos crea muñecas con totomoxtle (la cáscara del maíz). Otros locales te invitan a participar en el cultivo de hongos y preparación de pan serrano.
Viaje a la maravillosa sierra de Oaxaca
(Foto: Cortesía Expediciones Sierra Norte)
La Nevería
Su número de habitantes apenas ronda un centenar, pero La Nevería organiza muchas actividades para sus visitantes. El recorrido “Los colores del maíz” es uno de las más interesantes. Los viajeros conocen el proceso de cultivo y las variedades de maíz que crece en la sierra y que adquiere siete distintas tonalidades, como naranja, blanco y morado. También se organiza un taller para hacer tortillas, tamales y atole, y está la opción de visitar un invernadero familiar.
La Nevería cuenta con un circuito de juegos de destreza aéreos: una tirolesa, puentes colgantes y obstáculos.
DATOS ÚTILES
Quién te lleva
Los pueblos crearon una touroperadora: Expediciones Sierra Norte. Esta empresa se dedica a organizar viajes en la región. Hay recorridos de uno o varios días, depende de cuántas comunidades quieres visitar. Un paquete de cuatro días te cuesta dos mil 700 pesos por persona, aproximadamente. Si prefieres conocer todos los pueblos, el viaje tiene un precio de alrededor de cuatro mil 500 pesos por persona. Las tarifas varían porque, aunque hay algunos itinerarios preestablecidos, tú decides dónde te quieres hospedar y exactamente qué quieres hacer.
Web: sierranorte.org.mx
Otros Pueblos Mancomunados
Dos de los pueblos no forman parte del proyecto turístico. Sin embargo, ofrecen actividades de manera independiente. Santa Catarina Lachatao tiene un pequeño museo que muestra piezas prehispánicas. En la zona hay un antiguo centro ceremonial zapoteco. En Santa María Yavesía, puedes visitar una antigua hacienda minera y una zona arqueológica.
Es posible llegar en auto propio (Lachatao queda a minutos de San Miguel Amatlán, y Yavesía también está cerca) o contactar a touroperadoras externas, como Tierraventura (tierraventura.com).
Su número de habitantes apenas ronda un centenar, pero La Nevería organiza muchas actividades para sus visitantes. El recorrido “Los colores del maíz” es uno de las más interesantes. Los viajeros conocen el proceso de cultivo y las variedades de maíz que crece en la sierra y que adquiere siete distintas tonalidades, como naranja, blanco y morado. También se organiza un taller para hacer tortillas, tamales y atole, y está la opción de visitar un invernadero familiar.
La Nevería cuenta con un circuito de juegos de destreza aéreos: una tirolesa, puentes colgantes y obstáculos.
DATOS ÚTILES
Quién te lleva
Los pueblos crearon una touroperadora: Expediciones Sierra Norte. Esta empresa se dedica a organizar viajes en la región. Hay recorridos de uno o varios días, depende de cuántas comunidades quieres visitar. Un paquete de cuatro días te cuesta dos mil 700 pesos por persona, aproximadamente. Si prefieres conocer todos los pueblos, el viaje tiene un precio de alrededor de cuatro mil 500 pesos por persona. Las tarifas varían porque, aunque hay algunos itinerarios preestablecidos, tú decides dónde te quieres hospedar y exactamente qué quieres hacer.
Web: sierranorte.org.mx
Otros Pueblos Mancomunados
Dos de los pueblos no forman parte del proyecto turístico. Sin embargo, ofrecen actividades de manera independiente. Santa Catarina Lachatao tiene un pequeño museo que muestra piezas prehispánicas. En la zona hay un antiguo centro ceremonial zapoteco. En Santa María Yavesía, puedes visitar una antigua hacienda minera y una zona arqueológica.
Es posible llegar en auto propio (Lachatao queda a minutos de San Miguel Amatlán, y Yavesía también está cerca) o contactar a touroperadoras externas, como Tierraventura (tierraventura.com).