A menudo percibimos al esquí como un deporte complicado e inaccesible, tal vez en parte porque prácticamente no existe en México y requiere varios requisitos, como rentar equipo. Sin embargo, cualquiera puede aprenderlo en solo algunos días y divertirse muchísimo en una montaña nevada.

Cuando digo "cualquiera", es en serio. Antes de darte algunos consejos para ir a esquiar por primera vez y contar un poco de mi experiencia, debo aclarar que nunca he sido una persona atlética, no práctico ningún deporte y ni para bailar coordino bien. Dicho esto, si yo pude esquiar al tercer día de tomar clases, debes saber que basta con echarle ganas para hacerlo también.

El lugar donde aprendí es Aspen , un famoso pueblo de herencia minera ubicado en Colorado , Estados Unidos . Es muy popular entre los viajeros mexicanos; eso me contó mi instructor, Alex Wood, quien a menudo enseña a grupos provenientes de CDMX. Y tengo buenas razones para recomendártelo como tu primer destino de esquí .

Ahora sí, estas son 9 cosas que aprendí durante mi viaje.

1. El ambiente contagia

Antes de poner un pie en Aspen el amor por el esquí ya se percibe, pues el aeropuerto tiene vista directa hacia las pistas. Un rato después, ya en el pueblo, los carteles retro, los aparadores de ropa deportiva, la gente caminando torpemente debido a que llevaban puestas botas especiales y las gruesas capas de nieve en la acera, me recordaron dónde estaba.

Me contaron que cuando la nieve en la montaña es perfecta para esquiar (“powder day” le llaman), los jefes acostumbran dar la mañana libre a los empleados para que ellos también la aprovechen. Tampoco es raro que un local te diga que “sabe un poco de esquí ”, justo antes de que lo veas descender a toda velocidad, como si fuera concursante de los X Games.

Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen
Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen

Foto: Cortesía

Una gran ventaja es que el código de vestimenta puede ser tan relajado como gustes. Verás gente que se la pasa con su ropa de esquí todo el día y otra que presume su ropa de invierno de grandes marcas y última tecnología para estar calientito.

No te angusties por el frío. En interiores nunca lo vas a sentir y, en exteriores, las prendas térmicas y la tela polar ayudan bastante. Además, es un excelente pretexto para usar gorritos, orejeras y guantes que en México ocupas muy poco. Al esquiar no sientes frío por la ropa especializada (que puedes rentar) y la actividad física.

Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen
Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen

Foto: Cortesía

2. No toda la montaña es para ti

En mi primer día, encontré a una familia que subió a la montaña sin experiencia previa, sin instructor y sin saber en qué tipo de pista estaban. Esto no solo era peligroso para ellos, sino para los otros principiantes.

Aspen

Snowmass es un enorme complejo de esquí que consta de cuatro montañas: todas poseen terrenos aptos para principiantes en diferentes grados. La de Snowmass (así se llama, igual que el complejo) y Buttermilk son las mejores para aprender.

Cuando eres principiante, los senderos que están marcados con un símbolo verde son los que te corresponden. Al principio no es fácil reconocerlos, pero el instructor se encarga de llevarte. Para saber dónde se ubican las pistas verdes, pide un mapa en la recepción del hotel o en los centros de información de Aspen Snowmass; también existe una app oficial.

Una pista verde tiene pendientes no muy pronunciadas y espacio suficiente para frenar. Huye de los senderos con un símbolo azul o negro, pues son para esquiadores de nivel intermedio y expertos, respectivamente.

Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen
Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen

Foto: Cortesía

3. No vas directo a la pista

Tuve clases por tres días, y solo hasta el último tuve la oportunidad de descender la montaña Buttermilk a través de una pista verde. El resto del tiempo lo pasé practicando en la zona de aprendizaje. No te asustes, también este proceso es divertido.

Las zonas de aprendizaje tienen pendientes muy pequeñas, aunque al principio parecen intimidantes. En este lugar te enseñan a frenar y a mantener el equilibrio con los esquís mientras desciendes.

En condiciones normales, un resort de esquí en Aspen, abre a las nueve de la mañana y comienza a cerrar operaciones a las tres y media de la tarde.

Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen
Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen

Foto: Cortesía

Debes estar dispuesto a practicar e intentarlo una y otra vez, aunque falles, porque el tiempo es reducido y las clases de esquí tampoco son baratas.

Las zonas de aprendizaje pueden estar al pie de la montaña, aunque a veces es necesario hacer un recorrido en góndola para llegar. No es necesario que subas a pie cada pendiente antes de lanzarte. Suele haber pequeñas telesillas o un sistema llamado “magic carpet”: es una rampa en movimiento, como las del aeropuerto, que te lleva a la cima.

Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen
Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen

Foto: Cortesía

4. Te vas a caer mucho

Al comenzar las clases tenía mucho miedo de caerme. Recordaba las pistas de hielo donde cada resbalón es un moretón seguro y debes cerrar los puños para protegerlos de los otros patines. Luego me caí de cara a un lado del camino y me di cuenta de que, con las gruesas capas de nieve que se forman en la montaña, el impacto ni se siente.

Su textura es fina, como polvito. Esto así sucede en Aspen porque el clima es muy seco, lo cual favorece la práctica de esquí . Eso sí, debes usar guantes especiales, si no quieres gritar de dolor y que tus manos se entuman durante cinco minutos.

Cada caída, tuya o de tus acompañantes, es sinónimo de risa. En algún momento una de mis compañeras no pudo frenar y se estrelló de pie contra un “muro” de nieve, de manera que su silueta entera quedó marcada en el sitio del impacto. Mientras escribo esto, todavía sonrío al recordarlo.

Incluso en las pistas “reales”, las caídas no son dolorosas. El problema llega cuando hay más hielo que nieve, pero eso es poco frecuente aquí en Aspen; no todos los resorts de esquí cuentan con este privilegio.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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5. Buenas técnicas para evitar una caída terrible

“Para ellos es más fácil porque no tienen miedo, y están acostumbrados a aprender cosas nuevas todo el tiempo”, nos dijo Alex mientras observábamos a un grupo de niños principiantes. No nos estaba diciendo “viejos”, sino quería motivarnos para retar a nuestro cuerpo con nuevas habilidades.

Para poder esquiar necesitas desarrollar tu coordinación. Solo logras reducir tu velocidad correctamente, si aplicas suficiente fuerza en una sola pierna, la que indica hacia dónde vas a girar, y con la otra sigues suavemente esa misma dirección. Suena fácil, lo interesante llega cuando tienes una pendiente frente a ti y debes frenar ya. Por supuesto, siempre está el frenado de emergencia, ése al que le llaman “pizza” y consiste en mover las puntas de los pies hacia el centro.

Alex tenía una técnica que al principio nos pareció alocada: no usar bastones en lo absoluto. Ahora recomendaría totalmente buscar una clase así (no es fuera de lo común), porque solo de esa manera te haces realmente consciente de tus movimientos básicos y no adoptas malos hábitos, como frenar con los bastones (lo cual, además, es muy peligroso).

Es importante que tu instructor te brinde la confianza necesaria, que te indique los movimientos que debes mejorar, sin exigirte demasiado, y que te motive.

Si no hablas inglés, busca una clase en español o asegúrate de que un acompañante lo entienda bien. Otra ventaja de Aspen es que, aunque la clase no sea privada, los grupos nunca son mayores a siete personas. Además, incluso hay lecciones para personas con discapacidad.

Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen
Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen

Foto: Cortesía

6. Lo mejor pasa en la pista (aunque sea verde)

Por mucho que te diviertas en la zona de aprendizaje, nada se compara con la pista real, rodeada de árboles en medio de la naturaleza. Si bien las pendientes son ligeramente más pronunciadas, aun en los senderos verdes, y es imposible que las condiciones del camino sean perfectas, el primer descenso que haces por varios minutos es como cuando aprendes a manejar una bici o a nadar: te sientes imparable y “empoderado”. Otro detalle: la nieve cruje con un sonido riquísimo mientras esquías.

Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen
Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen

Foto: Cortesía

7. El segundo mejor momento es el après ski

Antes de viajar, nadie me advirtió que las botas de esquí serían una creciente tortura conforme avanza el día. Está bien, deben ir muy ajustadas por tu propia seguridad, pero tanto principiantes como expertos coinciden en que cansan bastante.

Por eso, después de estar en la montaña, lo más placentero es quitarte esas botas. Eso sucede durante el après ski : así se le llama al ritual de ir a comer algo rico, tomar tragos y platicar después de esquiar.

Entre los lugares de après ski más famosos está Ajax Tavern, bajo la montaña de Aspen . Ofrece mesas al aire libre, antojitos (sus papas a la francesa con aceite de trufa son de leyenda) y buen ambiente. En la misma montaña, la cabañita de madera Lynn Britt, sirve solo carnes de Colorado. Para los hiperactivos, el local Mixsix, en Snowmass, instaló un centro de entretenimiento de atractivo diseño, con juegos de mesa y una alberca de pelotas que admite adultos.

Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen
Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen

Foto: Cortesía

Si no quieres esperar hasta el après ski para comer, tanto al pie de la montaña como a media montaña encuentras locales abiertos (están señalizados en los mapas). Pueden ser de buffet, tipo comedor o a la carta.

Te recomiendo visitar Sam’s, un restaurante situado en plena montaña de Snowmass, con vistas panorámicas. Cuando llegas, en un vestidor cambias tus pesadas botas llenas de nieve por unas pantuflas suavecitas. La cocina es italiana, las pastas y pizzas son artesanales.

Intenta guardar espacio, pues también para cenar existen lugares interesantes, tanto en el pueblo de Aspen como en Snowmass (es una localidad aparte, pero muy cercana). Uno de ellos es Matsuhisa, de la franquicia del chef Nobu. Cuando pruebas sus camarones roca, entiendes que la fama de este “celebrity chef” no es gratuita.

Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen
Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen

Foto: Cortesía

8. Lo más cómodo es el ski in/ski out

Hay alojamientos que ofrecen el privilegio de ubicarte a unos pasos de las pistas o de la góndola para ascender la montaña. Se conocen como ski in/ ski out. El hotel Limelight, en Snowmass, o The Little Nell, en la montaña de Aspen , son ejemplos de esta modalidad. En ellos, desde mi ventana, podía ver a la gente esquiando o los vehículos de nieve acondicionando las pistas.

Tampoco es necesario que te quedes a unos pasos de las pistas. Si te gusta caminar, hay excelentes hoteles (boutique o de cadena) en el centro de Aspen o en Snowmass y, por si fuera poco, el transporte público en el destino es gratuito.

Así termina un día en Aspen : tomando chocolate calientito cerca de una chimenea o sumergiéndote en una alberca humeante con vista al paisaje nevado. Tal vez es un placer un poquito “fifí” pero, ¿quién podría resistirse?

Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen
Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen

Foto: Cortesía

9. Vale la pena cumplir el sueño

Aspen

es un destino top, al que acuden las celebridades; por lo tanto, sus boletos, clases, renta de equipo, hospedaje y alimentos suelen ser caros. Sin embargo, si tienes el sueño de esquiar por primera vez o disfrutar tus vacaciones en un paraíso invernal, difícilmente hallarás un destino con mejores servicios y tu experiencia será inolvidable.

Y no te preocupes si tu inglés no es muy bueno, porque en casi todos los lugares (como hoteles y restaurantes) encontrarás alguien que hable español.

Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen
Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen

Foto: Cortesía

Otras divertidas actividades

Tubing. Consiste en lanzarte desde una pendiente hecha “tobogán” en una llantita individual. La actividad está disponible entre las 11 de la mañana y las tres de la tarde. Se lleva a cabo en la montaña de Snowmass. Un boleto cuesta 39 dólares (733 pesos) y puedes subir las veces que quieras.

Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen
Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen

Foto: Cortesía

Breathtaker Alpine Coaster. Es como una montaña rusa, pero en cochecitos individuales e inmersa en la naturaleza. Tú puedes controlar la velocidad, por lo que no es una actividad extrema. La instalación se encuentra en Snowmass. El boleto te cuesta 49 dólares (921 pesos) y te dejan subir hasta tres veces.

Snowbike. Es un híbrido entre bicicleta y esquís, perfecto para quienes todavía no se sienten muy cómodos en pista pero quieren explorar la montaña. Una clase de dos horas y media cuesta 102 dólares 8mil 916 pesos), e incluye el snowbike. El boleto para entrar al complejo se paga aparte.

Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen
Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen

Foto: Cortesía

Guía del viajero

Cómo llegar

Mediante el sitio web Skyscanner, encontramos vuelos redondos de Aeroméxico por 12 mil 707 pesos; hace una escala de casi dos horas en Salt Lake City, Utah. El Aeropuerto de Aspen -Pitkin está a 10 minutos del pueblo, y muchos hoteles hacen traslados gratis.

Dónde dormir

The Little Nell. Está clasificado como hotel “Cinco Diamantes” por la American Automobile Association. Sus cuartos, hasta los más sencillos, poseen balcón, chimenea y piso con calefacción. Hay alberca, jacuzzi y servicio de ski concierge (te ayudan a llevar tu equipo, calentar tus botas y reservar tours). Además, es pet friendly.

Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen
Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen

Foto: Cortesía

Limelight Snowmass. Cada habitación está equipada con microondas y refrigerador. Para entretenerte hay albercas, pista de hielo y pared para escalar.

Si quieres una opción económica pero con buena ubicación, a través del mismo buscador encuentras lugares como los condominios The Timberline, de acceso ski in/ski out en Snowmass; sus tarifas parten desde siete mil 267 pesos en ocupación doble. En Airbnb hallas propiedades que te permiten llegar caminando a las góndolas desde cinco mil 216 pesos por noche.

Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen
Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen

Foto: Cortesía

Boletos

El lift ticket, boleto que te da acceso a las cuatro montañas las veces que quieras, tiene precios desde 179 dólares (tres mil 364 pesos) por adulto. La tarifa va reduciendo conforme añades días. Es una tarjeta dura, que guardas en la manga de tu chamarra y se escanea en el resort sin que la saques.

Clases

El paquete de tres días te cuesta 634 dólares (11 mil 913 pesos). Por un solo día, pagas 259 dólares (cuatro mil 754 pesos). Las lecciones incluyen renta de equipo y boleto para entrar al complejo.

Renta de equipo

Four Mountain Sports es la tienda oficial de Aspen Snowmass para rentar equipo. Puedes gastarte 70 dólares en la renta de un día; incluye botas, bastones, esquís y casco.

Lo más recomendable es recoger tu equipo un día antes de empezar a esquiar , para que no te ganen las prisas. El proceso tarda unos 20 minutos, desde que te piden tus medidas hasta que entregan todo. Ahí mismo te ayudan a ponerte las botas y las ajustan perfectamente a tus pies. También te guardan el equipo para evitar que cargues: por la mañana vas por él y lo regresas en la tarde.

Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen
Si quieres aprender a esquiar, debes hacerlo en Aspen

Foto: Cortesía

Ropa

La empresa Suit Yourself renta la ropa especializada para esquiar. Un paquete de tres días que incluye el pantalón y chamarra impermeables (para que la nieve no te moje), así como googles y guantes, te cuesta 125 dólares (dos mil 349 pesos).

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