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Quebec
es reconocida como la cuna de la América gala, la que en otro tiempo fuera capital de la llamada Nueva Francia . Es también un destino capaz de cautivar a cualquier tipo de viajero por su ambiente bohemio con acento europeo, singulares espacios naturales e intensa vida cultural.
Aun cuando es la segunda ciudad de Canadá más poblada, la configuración de su traza urbana la convierte en un lugar perfecto para caminar, sobre todo para descubrir, durante el primer día de tu estancia, la esencia del Vieux Quebec, fundado en el siglo XVII y declarado Patrimonio de la Humanidad . Se trata de una antigua zona de calles empedradas, dividida en la Haute Ville (ciudad alta) y la Basse Ville (ciudad baja); ambas se recorren a pie o a través del funicular que las conecta.
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Entre los sitios de interés de la ciudad alta destacan la Citadelle, una fortaleza en forma de estrella con alrededor de 300 años de historia, donde la ceremonia del cambio de guardia es imperdible; el Château Frontenac, emblemático edificio convertido en un lujoso hotel de la cadena Fairmont, cuyo restaurante es muy bueno; la Terraza Dufferin, desde la que tendrás excepcionales panorámicas de la ciudad; y la Catedral de Notre Dame.
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Detrás de la zona amurallada (por cierto, la única en América del Norte) se localiza Grande Allée. Aquí, hay que recorrer la avenida del mismo nombre; es de lo más concurrida por su gran ambiente. También los distritos de Saint Jean y Montcalm, lugares favoritos por locales y turistas para ir de compras; el área del Parlamento, donde puedes hacer un tour guiado gratuito (assnat.qc.ca); y el Observatorio y sus edificios de estilo victoriano.
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Dedica tu segundo día a las Llanuras de Abraham (Plaines d´Abraham). Es considerado uno de los parques urbanos más bonitos del mundo. Aquí, te recomiendo visitar el Museo de Bellas Artes de Quebec . Tampoco dejes a un lado el Museo de la Civilización, un sitio indispensable para acercarse a la historia e identidad multicultural que caracterizan a Quebec (mcq.org). Reserva tu tarde para cenar a bordo de un pequeño crucero por el Río San Lorenzo. Pregunta por los paseos disponibles en temporada de avistamiento de ballenas (croisieresaml.com).
Foto: Facebook Musée National des Beaux-Arts du Québec
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Para el último día, mi sugerencia es visitar el Parc de la Chute-Montmorency, una espectacular catarata rodeada de bosques, a unos 10 kilómetros del centro de la ciudad. Igualmente, puedes considerar un recorrido a la Ile d’Orléans y Wendake. Estos dos lugares se ubican muy cerca de Quebec y representan un auténtico viaje hacia el pasado rural de la región y a la cultura de la Nación Hurona-Wendat.
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