En la antigüedad, Estambul fue punto de encuentro de tres imperios: romano, bizantino y otomano. Hoy, es el corazón financiero y económico de Turquía y también una urbe de espíritu cosmopolita con grandes contrastes entre lo oriental y lo occidental, que no dejan a nadie indiferente.
PARA CONOCER
Plaza Sultanahmet.
Punto ideal para iniciar tu recorrido, pues en ella se erige el monumento más emblemático de la ciudad: la Basílica de Santa Sofía. Alberga un museo y es quizá el mejor ejemplo del arte y arquitectura bizantina.
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Yerebatan.
Enorme cisterna subterránea de la época romana que proveía de agua a los grandes palacios bizantinos y otomanos.
Mezquita Azul.
La más importante de Estambul , construida durante el siglo XVII. Es famosa por su cúpula rodeada de siete minaretes y el espectacular interior completamente revestido de azulejos.
(Foto: iStock)
Museo de Arte Turco e Islámico.
Tiene una de las mejores y más cuidadas colecciones en su estilo.
Palacio Topkapi.
Considerado el mayor símbolo del poder y esplendor del imperio Otomano, este complejo amurallado integra varios edificios de interés entre los que destacan la cámara del tesoro (con valiosos objetos), el harén y el Museo de Arqueología.
Gran Bazar.
Uno de los más extensos y antiguos del mundo donde podrás adquirir buenas artesanías (no olvides de regatear). Tampoco te pierdas el Bazar de las Especias, muy pintoresco y folclórico, ubicado en el barrio de Eminonu.
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Paseo en barco por el Estrecho del Bósforo. Es tu oportunidad de ver en perspectiva el lado europeo y asiático de Estambul . Algunos operadores ofrecen cena y espectáculo a bordo. El atardecer es uno de los momentos más solicitados.
PARA DORMIR
. Antigua mansión a orillas del lado europeo del Bósforo, transformada en elegante hotel boutique de 10 habitaciones.
PARA COMER
Nueva cocina turca en manos del galardonado chef Mehmet Gürs. Mesrutiyet Caddesi 15 (Hotel Marmara Pera).