Cuando estás a 40 metros de altura sobre la Riviera Maya, te sientes poderoso e insignificante a la vez. Poderoso porque en esta región, donde no hay montañas o elevaciones muy grandes de terreno, pocos miradores te revelan de esta manera al mar de color turquesa encontrándose con la espesa selva. Insignificante porque la vista te recuerda el lugar que ocupas en el mundo.
Después de tomarte un par de segundos para disfrutar este pensamiento, llega el momento de lanzarte por un tobogán a toda velocidad. En menos de un minuto, aterrizarás sobre una refrescante poza natural.
Estamos en el Faro Mirador, una de las principales atracciones de Xel-Há, parque de aventura perteneciente a Grupo Xcaret. Se encuentra en Quintana Roo, a 20 minutos en coche de Tulum y 40 desde Playa del Carmen.
Hace unos días Destinos visitó el parque y te contamos aquí la experiencia. También te compartimos algunos tips de viaje, datos generales y precios.
Foto: Cortesía Grupo Xcaret
Una pequeña introducción
Xel-Há,
cuyo nombre significa “donde nace el agua”, está distribuido alrededor de una caleta natural, rodeada de selva, manglares y cenotes. Para que la visualices en tu mente: la caleta es una pequeña entrada de mar, más pequeña que una bahía pero con forma muy parecida. En este caso, lo especial radica que la entrada del mar también está conectada a diversos ríos de agua dulce y canales subterráneos.
En este escenario, el parque ofrece diversas actividades de contemplación, nado y adrenalina. Todo está unido mediante senderos en la jungla, que respetan la vegetación y donde es posible avistar fauna.
Es un parque “todo incluido”. Es decir, una parte de las actividades, las comidas y las bebidas ya están contempladas en tu precio de admisión; aparte se adquieren experiencias especiales (te explicaremos sobre esto más adelante), souvenirs y paquetes de fotografías para que te lleves de recuerdo.
No hay un orden específico para hacer las actividades. Puedes ir a donde quieras, desplazarte libremente y repetir las veces que gustes.
Foto: Cortesía Grupo Xcaret
El Faro Mirador y su “temible” tobogán
Para que te familiarices con el parque, una buena opción es iniciar tu recorrido con el Faro Mirador. Mientras más temprano llegues es posible que encuentres menos fila, ya que esta es una de las zonas más concurridas.
De hecho, la principal recomendación que te hacemos para sacarle provecho a Xel-Há es que tu llegada sea a la hora de entrada (8:30am). Para las 10 hay una fila tranquila en el tobogán (de 30 minutos como máximo) y a mediodía el parque está en su pico de visitantes, aunque está trabajando a menos de su capacidad como medida de seguridad por la pandemia.
El faro es una estructura que alcanza 40 metros de altura y posee miradores de 360 grados. Desde ahí se ve el mar formando la caleta, así como los ríos que desembocan en ella y la aparentemente infranqueable capa de vegetación. Se distinguen los diversos tonos del agua, que van del azul turquesa claro al más intenso, además de esmeralda en las zonas rodeadas por manglares.
Foto: Cortesía Grupo Xcaret
Siguiendo la estructura del faro, cuatro toboganes se entrelazan con recorridos en espiral; todos son casi iguales, solo tienen pequeñas variaciones en la caída al agua. Cuando el guía te indica que te lances, el flujo de agua te acelera en apenas un par de segundos; al tratarse de tubos abiertos, puedes tener vistazos del camino que has recorrido.
Casi todo el recorrido en el tobogán es tranquilo y amigable, hasta que llegas a la parte final. Cuando ya te sientes confiado, un chorro de agua te cae en la cara y desde ese momento dejas de ver con claridad. Un par de giros bruscos y una caída abrupta te ponen a gritar hasta que aterrizas en la poza cristalina, donde un par de salvavidas te ayuda a ponerte en pie.
Para disfrutar el tobogán la estatura mínima es de 1.05m. No está permitido llevar calzado ni algún tipo de cámaras. Sin embargo, sí es posible subir al mirador sin lanzarse y puedes pedirle a un acompañante que te tome fotos. Otra opción es escanear tu pulsera de acceso al parque en los puntos designados para tomar fotografías (hay muchos en todas las atracciones); las imágenes se almacenan para que, si deseas, las compres al finalizar el día.
Foto: Cortesía Grupo Xcaret
El recorrido por el Río Xel-Há
Se podría decir que esta es la atracción más extensa e importante del parque, porque se trata de un recorrido hacia su principal maravilla natural: la caleta. Es un paseo que abarca más de un kilómetro de extensión y pasa por diversas actividades antes de desembocar en el emblema de Xel-Há.
Para explorar el río de tonalidades esmeralda, tienes dos opciones: usar equipo de esnórquel o avanzar en una cómoda llantita inflable especialmente diseñada para este lugar. Si eliges la primera ganas la oportunidad de observar vegetación subacuática, peces multicolores de diversos tamaños y, con suerte, hasta rayas. Si prefieres la llantita, hasta te da tiempo de tomar una siesta mientras te refrescas los pies; existe la posibilidad de bajarte cuando quieras y seguir nadando, hay empleados del parque que recolectan las llantitas varadas. En cualquier caso, el chaleco salvavidas es obligatorio.
Foto: Cortesía Grupo Xcaret
Ya sea que escojas la llantita o el esnórquel, el paseo comienza con un espectacular túnel natural formado por manglares, tan denso que filtra un poco la luz solar. Para poder gozarlo en relativa soledad y evitar las multitudes, te recomendamos aprovechar las horas de comida (entre 2 y 3 de la tarde): si comes antes que la mayoría de los turistas no solo te atenderán mejor en los restaurantes, sino hallarás más espacio en el río.
Después de recorrer el túnel, el espacio es mucho más amplio. Aun así, es mejor verlo con menos gente.
A continuación, mencionaremos las atracciones que te encuentras durante el recorrido del río. Si una de ellas te gusta mucho, también puedes repetirla llegando por tierra.
1. Piedra del Valor
La primera vez que ves el río o la caleta, es fácil tener el impulso de dejarlo todo y lanzarte al agua con libertad. Pues bien, aquí es posible volverlo realidad. La única diferencia es que la plataforma se localiza a cinco metros de altura por encima del agua y, como su nombre indica, resulta una verdadera prueba de valentía. Eso sí, te sientes un poco obligado a hacerlo cuando ves que niños de unos 9 años se avientan como si nada.
A la Piedra del Valor se sube por una escalinata o se escala mediante cuerdas y una serie de grietas en la pared de roca.
No te angusties si no te atreves la primera vez, pues hay más de una peña para clavados. Otra opción es regresarte.
2. Trepachanga
Aquí te garantizamos muchas carcajadas y te auguramos que vas a tragar bastante agua. Se trata de un pequeño circuito de equilibrio instalado sobre el río. Entre los obstáculos, debes cruzar de una orilla a otra por medio de dos cuerdas suspendidas sobre el agua, una para poner tus pies y otra para sostenerte con los brazos. También hay lianas donde debes soportar tu peso mientras atraviesas el curso de agua, o peldaños de cuerdas totalmente flojos donde tienes que pisar sin caerte.
Foto: Cortesía Grupo Xcaret
3. Salpichanga
Un conjunto de tirolesas que te llevan desde una altura moderada hasta acuatizar directamente en el río, para luego continuar nadando. No son tirolesas convencionales en el sentido de que no vas ajustado a un arnés, sino sentado en una especie de hamaca o columpio. Es una atracción amigable para niños y adultos.
Los cenotes de Xel-Há
Entre las cavernas inundadas del parque, solo una está abierta al público para nadar, la Cueva Maya. Es un cenote de caverna con estalactitas y un tragaluz natural con un bello juego de tonalidades. La cueva es pequeña, para apreciarla mejor y mantener tu sana distancia te sugerimos que antes de entrar te asomes para ver su afluencia. Los visitantes acostumbran detenerse por varios minutos en el interior y, si es un horario pico, es mejor regresar después. Te tardas unos 20 minutos en el paseo.
Los otros dos cenotes del parque, Paraíso y Aventura, están totalmente a cielo abierto y son áreas restringidas por su protección. Se trata de espacios de contemplación con varios senderos que permiten tomar fotos, casi siempre se encuentra tranquilo y silencioso.
Haz deporte en Tierra de Huh
Cerca de la entrada de Xel-Há hay una terminal de bicicletas de donde parte un sendero que te lleva al inicio del río. Si llegas temprano al parque y quieres ir directo a ese punto, te recomendamos tomar esta opción. Tal vez un recorrido en bici no suena tan fuera de lo común pero, ¿cuándo fue la última vez que exploraste la selva casi en total soledad, escuchando el sonido de los animales y admirando la textura de las plantas?
Independientemente de la hora que elijas, el camino para bicis no es demasiado concurrido (nosotros lo visitamos justo antes de las 2 de la tarde y estaba casi vacío). No es difícil hallar iguanas, aves coloridas o coatíes. El camino es de casi un kilómetro, hay bicis para niños y adultos.
Foto: Cortesía Grupo Xcaret
Siéntete Tarzán
Chuck Kay es el nombre en maya del pelícano, y una actividad del parque lo retoma porque te permite imitar la manera en que el ave acuatiza. Se trata de lanzarte a nadar en un pequeño río flanqueado por paredes de piedra, ayudado por una cuerda: tienes que agarrar impulso, abrazarte a la soga y soportar tu peso en ella por un par de segundos hasta caer al agua.
Foto: Cortesía Grupo Xcaret
Para los más pequeños
Aquí no encuentras los típicos juegos acuáticos para pequeños, sino una auténtica aventura en la selva. Nosotros no viajamos con niños, pero no pudimos evitar desear que exista una zona del parque igualita al Mundo de los Niños, aunque donde sí quepamos. Esta zona posee cuerdas para trepar, túneles colgantes, puentes de equilibrio y toboganes, por mencionar ejemplos.
Foto: Cortesía Grupo Xcaret
¡No olvides visitar el Meliponario!
Este es un atractivo pequeñito y que podrías pasar fácilmente por alto, aunque vale la pena ponerle atención. La abeja melipona es una especie endémica de la Península de Yucatán, sin aguijón y cuya miel tiene propiedades medicinales, según se dice. En el parque puedes ver sus colmenas de cerca (respetándolas, por supuesto). Dos veces al año se recolecta la miel, en una ceremonia realizada por un sacerdote maya.
¿Cuánto cuesta visitar Xel-Há?
Hay más de un paquete para acudir al parque, pero los precios parten desde mil 890 pesos por adulto y 945 pesos por niño de 5 a 11 años; los menores de 4 entran gratis. Esta tarifa incluye actividades, comida y bebida. Tienes acceso a otros servicios como lockers, duchas y wifi.
Xel-Há es uno de los parques que están incluidos en tu estancia si te hospedas en un hotel Xcaret (México o Arte, de reciente apertura).
Puedes pagar 567 pesos extra por transportación desde Cancún, Playa del Carmen o Riviera Maya. Los precios por los paquetes de fotografías van desde mil 239 pesos.
Foto: Cortesía Grupo Xcaret
Actividades especiales en Xel-Há
Existe todo un catálogo de actividades con costo extra que puedes adquirir dentro del parque, cuyos precios van desde 700 pesos hasta mil 500 pesos (excepto el nado con delfines, que cuesta poco más de 3 mil pesos). Es posible reservarlas directamente en taquilla, aunque es necesario llegar temprano: para las 11 de la mañana ya no encuentras lugar. Estas son algunas de las más atractivas:
-Sea Trek Discover. Con un casco para respirar, puedes caminar cómodamente bajo el agua para observar la flora y fauna de sus profundidades. Es apto para todos los grupos de edad.
-Adrenalina Xel-Há. Te subes a un bote para más de 20 personas y alcanzas altas velocidades, mientras el conductor da giros bruscos para empaparte. Por un momento, el bote hace una inmersión en el agua.
-Zip-bike. Un híbrido entre tirolesa y bicicleta, que pasa entre las copas de los árboles, sobre manglares y ríos.
-Encuentro con manatíes o con rayas.
Foto: Cortesía Grupo Xcaret
Medidas de bioseguridad
Estos son algunos de los nuevos protocolos que se cumplen en el parque. Por supuesto, debes poner de tu parte y usar cubrebocas siempre que no estés nadando o comiendo.
-Los tubos de esnórquel son para un solo uso. Al finalizar la actividad te quedas con el tuyo, no se lo vuelven a dar a otro visitante.
-Todos los chalecos, bicicletas y equipos de esnórquel (aletas o visores) se sanitizan después de su uso.
-El buffet de las comidas es asistido, no te sirves solito para que no exista contacto directo con la comida.
-Si tomas el transporte del parque, antes de subir al autobús te sanitizan el calzado y dan gel. Entre los asientos que te quedan adelante y atrás hay pantallas de plástico para minimizar el contacto.
Foto: Cortesía Grupo Xcaret
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