Durante los Juegos Olímpicos de París 2024, a muchos ha llamado la atención que la competencia de surf no se realice en una playa de Francia continental, sino en Teahupo’o, en la Tahití, que forma parte de la idílica Polinesia Francesa, a unos 15,700 kilómetros de distancia de la ‘Ciudad Luz’.
Sin duda, un destino exótico que, para quienes han visto las competencias en los últimos días –donde el mexicano Alan Cleland participó–, asombra por sus imponentes montañas y gigantescas olas, no tan comunes de ver en nuestro país.
Como este, hay playas en el mundo donde el mar ofrece este tipo de espectáculo, tan anhelado y arriesgado para los surfistas, entre ellos, el hawaiano Koa Rothman, quien ha surfeado por todo el planeta y, según su experiencia, este es su top 5 de las olas más peligrosas del planeta.
5. Nazaré, Portugal
Iniciamos este viaje en Portugal: Nazaré es un pequeño pueblo pesquero entre Lisboa y Oporto, conocido en el mundo del surf como la ‘capital de las olas gigantes’.
Un reconocimiento muy bien ganado, pues la conocida Praia do Norte fue el escenario para que a inicios de 2024, Sebastian Steudtner rompiera el Récord Guinness de la ola más grande jamás surfeada, la cual midió 28.57 metros.
Son enormes y fantásticas, pero muy arriesgadas. Según Rothman, las olas de Nazaré se mueven muy rápido y van acompañadas de fuertes corrientes submarinas y espuma. Además, hay un extra de dificultad debido a un acantilado con rocas enormes que emergen del agua.
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4. Jaws, Hawái, Estados Unidos
Que las bellas postales con palmeras, montañas afiladas cubiertas de verdor y las extensas franjas de playa para lunamieleros no te distraigan de la increíble fuerza que el mar suele tomar en el paradisiaco estado número 50 de EEUU.
Al norte de la isla de Maui se encuentra Pe’ahi, una playa rodeada por acantialdos. Desde los años 70 es también conocida como 'Jaws', debido a que el comportamiento de sus poderosas olas –de hasta 20 metros de altura– se parecen al de un tiburón: impredecible y generalmente violento, de acuerdo con Rothman.
Adicionalmente, la remota ubicación de 'Jaws' hace que, en caso de emergencia, la atención médica o el traslado a la ciudad más cercana no sea nada sencillo.
3. Teahupo’o, Polinesia Francesa
Llegamos a la actual sede olímpica de surf. Teahupo’o ('muro de calaveras' en tahitiano) se encuentra en la parte sur de la exótica isla de Tahití, la más grande de la Polinesia Francesa.
Esta playa impresiona por sus escarpados picos forrados de vegetación, así como por las olas que se forman en el mar, siendo gigantes y muy potentes. Rothman asegura que ha habido embarcaciones grandes que han sido arrastradas fácilmente en este mar.
Fernando Aguerre, presidente de la Asociación Internacional de Surf, calificó las olas de Teahupo’o como el 'Monte Everest' de este deporte, ya que además de su gran masa de agua y sus arrecifes afilados, sus crestas alcanzan los 10 metros de altura. Al momento de caer forman tubos prácticamente perfectos pero que, si te atrapan, pueden ser mortales.
2. Mavericks, California, Estados Unidos
Llegamos a la costa oeste de Estados Unidos. En la pequeña ciudad Half Moon Bay se encuentra una de las mecas del surf, la legendaria Mavericks Beach, en una pequeña península a unos 40 minutos en auto desde San Francisco.
Rothman describe sus características: la temperatura del agua suele ser muy baja; pueden aparecer tiburones y niebla espesa y el mar tiene una gran potencia. “Es una ola mortal”, dice.
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Tan violentas y fuertes son que, si caes en ellas, pueden ejercer gran presión sobre el cuerpo, arrastrándote a las piedras y haciendo más difícil nadar a la superficie.
De acuerdo con el sitio especializado Bio Surf Camp, las olas más poderosas para surfear se logran entre octubre y marzo, alcanzando su pico en invierno, con alturas de hasta 20 metros.
1. Pipeline, isla de Oahu, EEUU
Realmente la playa se llama Ehukai, pero es mayormente conocida por Pipeline, el nombre que se le dio a la zona donde las olas rompen. Se encuentra al norte de la isla Oahu, en Hawái.
Aunque Rothman describe Pipeline como una zona de olas muy potentes y agresivas, la situación se agrava en el lugar donde rompen, justo en un área poco profunda y con enormes piedras y cuevas submarinas, condiciones que provocan constantes accidentes e incluso la muerte de surfistas.
Otros factores que Koa considera peligrosos son: lo impredecible que puede ser la ola, los remolinos y corrientes de agua y lo concurrida que es, tomando en cuenta que la zona surfeable no es tan grande.
Apenas logra los 11 metros, pero por todas las características anteriores es considerada la más "mortífera del planeta".
De acuerdo con el blog Core Surfing, la ola Pipeline es la que forma "los tubos más grandes y profundos".
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