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Viajar a Colombia es un goce. Es un país hermoso, con ciudades modernas y bonitas como Medellín , capital de la provincia de Antioquia , cuyos habitantes y gobernantes han trabajado muy duro para borrar su anterior imagen con gran éxito; o Cartagena , pintoresca y bella.
La comida en general es deliciosa; de hecho, un tour al supermercado debería ser una de tus paradas obligadas. La gente es increíblemente cálida y amable , especialmente si saben que eres de México (eso sí, prepárate para muchas preguntas y comentarios sobre El Chavo del Ocho; sí, leíste bien, ¡El Chavo del Ocho!).
La moda en las tiendas y boutiques locales es padrísima y no hablemos de lencería, accesorios, marroquinería y hasta zapatos: ¡de lo mejor!
No es un país barato
para nuestros estándares, pero tampoco demasiado caro; el clima es ideal y si te gusta la fiesta, definitivamente será lo tuyo . Los colombianos ‘rumbean, ‘rumbean’ y después ‘rumbean’.
Pensarás, lógicamente, que el que hablen español es otra ventaja y sí, lo es, pero debes estar preparado también para unas cuantas expresiones que no te será tan fácil descifrar y que solo los colombianos usan. Aquí, un breve diccionario:
Mamera/jartera.
No, no es sangrón, como te estás imaginando, es alguien o algo que te da mucha flojera. Si una persona es mamera no te dan ninguna ganas de verla, y si algo te da jartera, es que es muy aburrido o flojeroso.
Aporrearse.
Golpearse. “¡Ay, te aporreaste!” es lo mismo que “¡Ay, te pegaste!”.
Vaina.
Es cosa, o sea que todo es una vaina. Por ejemplo, puedes decir: “Así está la vaina” por decir “Así está la cosa”, aunque también puede ser que te pasó algo malo: “Qué vaina que te pasó eso”.
Chévere.
Esta palabra algunos mexicanos la conocemos por las telenovelas y programas de tele que provienen de Colombia. Significa algo bueno, extraordinario. En buen mexicano: padre, chido.
Parche.
No, tampoco es eso que estás pensando. Un parche es un plan, tipo: “¿qué vamos a hacer?”, “¿qué plan?”; “vamos a parchar”, dirían, (ya sé, ya sé…).
Parcero o parce.
Amigo. En mexicano: cuate.
Berraco o verraco
(no se ponen de acuerdo sobre cómo se escribe). Una persona o cosa admirable, fuerte, extraordinaria. Alguien muy berraco es también alguien muy audaz en el buen sentido: “se fue a Alaska, ¡qué berraco!”.
Tenaz.
Es sinónimo de berraco, pero también, se usa cuando una situación se torna complicada: “se puso tenaz”.
Rumbear.
Salir de fiesta, pachanguear. Por otra parte, rumbearse es darse un beso con alguien.
Maluco.
Estás enfermo o te sientes mal.
Enguayabado.
Estás maluco por beber mucho alcohol. Dijérase vulgarmente por estos lares: estás crudo.
Jincho.
El estado previo al enguayabamiento por el consumo excesivo de alcohol; en otras palabras: borracho.
Pola.
Cerveza, chela.
Guaro.
El guaro es como el tequila colombiano, su bebida nacional, el aguardiente.
Tinto.
No, no es vino; es un café negro, sin leche o crema.
Sánduche.
Es un sándwich.
Delputas.
Suena terrible, ya lo sé, pero de hecho es un halago. Cuando algo está “delputas” es que está padrísimo, increíble, muy bonito.
Qué chimba.
Puede usarse como "chévere" o como "delputas", y es un poco una mala palabra. En mexicano: ¡Qué ch**ón!”.
¡Qué raye!
Qué coraje, qué mal.
¡Eh Ave María!
¡Qué sorpresa!
Juepucha.
Eufemismo para una muy mala palabra, como decir aquí, “de la tiznada”, por no decir, “de la ch****da”.
Pendejadita.
Lo mismo que aquí, pero allá no es mala palabra. Cosita.
Culicagao.
Niño, escuincle, chamaco.
¡Qué pecáo!
Qué mal, que mala onda.
Camellar.
Trabajar.
Traga.
Si tienes una traga o estás tragado de alguien, es que esa persona te gusta mucho, estás casi, casi enamorado.
Arruncharse.
Acurrucarse con alguien más para darse calorcito.
Vieja.
Mujer en general, no es peyorativo.
Man.
Hombre, por ejemplo: “Ese man es muy elegante”.
La manito.
La mano, la manita. Por ejemplo: “dame la manito para atravesar la calle”.
¿Cómo así?
Esta expresión que también conocemos gracias a las telenovelas —e imitamos muy mal, por cierto— quiere sencillamente decir "¿cómo?"
Me sacó la piedra.
Me hizo enojar.
¡Qué peye!
¡Qué chafa!
Qué bacano.
Está muy bien, muy padre.
¿Qué te provoca?
Suena muy sensual, pero solamente quiere decir, "¿qué se te antoja?"
¿Qué más? ¿Qué has hecho?
No requiere una respuesta; solo es decirte “hola”