Semana Santa es una de las épocas del año donde el fervor religioso se vive con mayor intensidad. A lo largo y ancho del país, hay expresiones únicas, como las procesiones del silencio en San Luis Potosí y Morelia, el viacrucis del pueblo mágico de Real de Catorce, entre muchas otras más.
Hidalgo no es la excepción, pues muy cerca de Pachuca, otro pueblo mágico es testigo de la curiosa tradición conocida como la lluvia de pétalos. Se trata de un ritual con más de 150 años de antigüedad y que está relacionado con la bonanza minera de la región.
¿Cómo se originó la lluvia de pétalos?
El pueblo mágico del que hablamos es Mineral del Chico, rodeado de grandes extensiones de bosques de coníferas, montañas, neblina y lluvia. Según se cuenta, la lluvia de pétalos se originó a finales del siglo XIX. En aquel entonces, la localidad vivía tiempos de prosperidad y fortuna gracias a la industria minera.
Dicen los relatos que en el pueblo vivía un ingeniero minero y su familia. Un día, su hijo enfermó gravemente, a tal punto de creer que iba a fallecer. Desesperado, recurrió a la iglesia de Mineral del Chico para pedirle a Dios el milagro de salvar al joven.
No solo fueron súplicas ni rezos, sino que hubo una promesa de por medio. El minero le dijo a Dios que, de sanar a su hijo, él mismo volvería cada año durante la Semana Santa para agradecerle de una forma muy peculiar: llenar la iglesia con una lluvia de pétalos.
Lee también: Semana Santa: guía de eventos en 3 destinos de México
Y lo inesperado sucedió… el joven mejoró y, tras ello, el curioso ritual se fue convirtiendo en una tradición que aún hoy en día se sigue celebrando, al mismo tiempo que se conmemora la resurrección de Jesucristo.
Es tanta la importancia y devoción de esta expresión que es común ver a la gente recoger los pétalos caídos para llevarlos a casa e incluso darse un baño con ellos, ya que se cree que pueden curar enfermedades
¿Cómo es la lluvia de pétalos?
En Mineral del Chico y en los alrededores del pueblo existen varios invernaderos de rosas, por lo que esta tradición, además de combinar un acto de fe e historia, ayuda a los productores locales, ya que según los cálculos, se utiliza un aproximado de tonelada y media de pétalos.
La forma en que se realiza es sencilla. Previamente, se preparan las miles de hojas, para después subirlas a las marquesinas interiores y exteriores del templo, que están a unos 12 metros de altura.
Esta labor requiere de unas 35 personas, pues además de transportarlas y cargarlas, serán los encargados de arrojarlas desde las alturas, creando este efecto de lluvia. El ambiente que se crea es, además de colorido, mágico.
Y como los pobladores son muy creyentes, absolutamente todas las rosas y pétalos son donadas por los floricultores de comunidades cercanas como Capula, Carboneras, La Estanzuela, entre otras, ya que así cumplen una ofrenda o incluso una manda.
Lee también: Playa, ojo de agua y manglar: qué hacer en Sisal en Semana Santa
Una vez que se culmina con este ritual, la gente se dirige a la plaza principal para realizar otro evento tradicional: la quema de Judas. Finalmente, cuando las actividades religiosas han culminado, es tiempo de verbena y baile.
¿Dónde y cuándo se hace la lluvia de pétalos?
La lluvia de pétalos se realiza en la Parroquia de la Purísima Concepción, en pleno centro del pueblo mágico de Mineral del Chico, Hidalgo.
Esta curiosa tradición se realiza anualmente durante el Domingo de Resurrección, que este 2024 corresponde al día 31 de marzo.
Si quieres vivir esta experiencia, sé puntual para asistir a la misa de medio día, cuando se anuncia la resurrección de Cristo. Por lo llamativo del evento y la importancia del mismo, el templo y la plaza principal suelen llenarse.
Recibe todos los viernes Hello Weekend, nuestro newsletter con lo último en gastronomía, viajes, tecnología, autos, moda y belleza. Suscríbete aquí: https://www.eluniversal.com.mx/newsletters