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El planeta ya fija en la Capilla Sixtina, ubicada en el Palacio Apostólico, en la Ciudad del Vaticano, ya que este templo es la sede del Cónclave, reunión en la que los cardenales elegirán al nuevo papa.
La Capilla Sixtina es una de las obras magnas del arte universal, uno de los templos católicos más bellos del planeta y una fuente de curiosidades que, muy probablemente, no conocías.
Aquí te contamos de 7 de ellas.
De Capilla Magna a Capilla Sixtina
El antecedente inmediato a la Capilla Sixtina se remonta a 1368, año de la primera referencia de la Capilla Magna, un templo utilizado por el papa y su séquito, el cual fue perdiendo importancia y quedó en ruinas en el siglo XV.

El papa Sixto IV ordenó su restauración, encargando el trabajo a los arquitectos italianos Giovanni de Dolci y Baccio Pontelli, quienes culminaron la Capilla Sixtina en 1481.
La primera misa en este edificio se celebró el 15 de agosto de 1483, día de la Asunción de María, la advocación del templo.
- Hasta 1513 fue cuando el papa Julio II (sobrino de Sixto IV) la nombró oficialmente Capilla Sixtina, en honor a su tío.
¿Cuál es la relación entre la Capilla Sixtina y el Templo de Salomón?
La Capilla Sixtina tiene forma rectangular y mide 40.93 metros de largo y 13.41 metros de ancho.
Estas medidas no fueron tomadas al azar. Su contrucción fue inspirada en el Templo del rey Salomón.
Sus medidas se tomaron del Libro de los Reyes del Antiguo Testamento. El Templo de Salomón fue construido aproximadamente en el año 966 a.C. en Jerusalén.
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¿Desde cuándo se celebra el Cónclave en la Capilla Sixtina?
El Cónclave se celebra en la Ciudad del Vaticano desde 1455, pero la primera ocasión que se llevó a cabo en la Capilla Sixtina fue en 1492, cuando Alejandro VI se convirtió en sumo pontífice.
Durante más de 400 años se celebró en distintas sedes del Vaticano, hasta que en 1878 se estableció que la Capilla Sixtina sería la sede fija.
La Sala de las Lágrimas en la Capilla Sixtina
Cuando la chimenea en el tejado de la Capilla Sixtina libere humo blanco, el cardenal elegido como nuevo papa será conducido hacia la esquina izquierda del altar principal, a un pequeño cuarto conocido como la Sala de Lágrimas.

Según se cuenta, la mayoría de papas recién electos rompe en llanto (por emoción, angustia u otro sentimiento) al entrar a est espacio.
¿Solo Miguel Ángel pintó la Capilla Sixtina?
Aunque la obra de Miguel Ángel (ubicada en la bóveda, los lunetos y la pared del altar) es la más conocida y admirada en la Capilla Sixtina, la realidad es que no fue el único artista que trabajó en la decoración interior.
Durante los trabajos de restauración de la capilla (de 1477 a 1480), por órdenes del papa Sixto IV, las paredes de la capilla fueron pintadas por artistas como Pietro Perugino, Sandro Botticelli, Domenico Ghirlandaio, Cosimo Rosselli, Biagio di Antonio, Bartolomeo della Gatta, Luca Signorelli y otros colaboradores.

Ellos crearon 6 murales en la pared norte que relatan la vida de Jesús y otros 6 murales en la pared sur con momentos de la vida de Moisés.
Además, Sixto IV eligió a Pier Matteo d’Amelia para pintar la bóveda, que previo a la intervención de Miguel Ángel, lucía un fondo azul con estrellas doradas, como si se tratase de un cielo nocturno estrellado.
La obra de Miguel Ángel y un mensaje secreto
A inicios del siglo XVI, Miguel Ángel ya era reconocido como uno de los mejores escultores, lo que motivó al papa Julio II a encargarle la construcción de su tumba de mármol (en la iglesia de San Pietro in Vincoli), obra que generó fuertes discusiones y disputas entre ambos.
El artista huyó a Florencia, aunque el papa estaba empecinado en hacerlo trabajar para la Santa Sede. Así, en 1508 le encargó pintar la bóveda y los lunetos de la Capilla Sixtina. Miguel Ángel se negó al no ser un pintor, aunque terminó accediendo.
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En 1512 culminó su obra, la cual se compone de 9 recuadros centrales que describen 9 historias del Génesis (la creación de astros y plantas, de Adán y Eva, la separación de la tierra y las aguas, el pecado original, la expulsión del paraíso, el diluvio universal y el sacrificio y embriaguez de Noé), así como 4 momentos de la salvación de Israel en las pechinas, 10 medallones que imitan el bronce y los antepasados de Jesús en los lunetos.
A finales de 1533, el papa Clemente VII buscó a Miguel Ángel para que plasmara el Juicio Universal, según el Nuevo Testamento, en la pared del altar principal, obra que inició en 1536 y culminó en 1541.
Miguel Ángel trabajó, la mayor parte del tiempo, obligado y contra su voluntad, ya que no era pintor y tuvo que perfeccionar sus habilidades sobre la marcha.

Por ese motivo, en la pared del altar pintó a San Bartolomé (debajo de los pies de Jesús) sosteniendo en una mano el instrumento con el que fue despellejado vivo y, en la otra, su piel. Según se dice, se trata de un autorretrato que supone el ‘martirio’ que vivió al hacer la obra.
Los polémicos desnudos de la Capilla Sixtina
En la obra de Miguel Ángel, dentro de la Capilla Sixtina, existen los 'ignudi' (personajes parcial o totalmente desnudos), motivos de polémica, incomodidad y rechazo durante muchos años, principalmente por parte del cardenal Gian Pietro Carafa; del embajador de Mantua, Monseñor Bernini, y del presbítero y maestro de ceremonias del papa, Biagio da Cesena.
Tras años de disputas y discusiones, en el Concilio de Trento de 1563 se ordenó regular el uso de imágenes en los templos, indicando que no debía existir nada profano.
Al año siguiente, tan solo semanas después de la muerte de Miguel Ángel, el papa Pío IV encargó a Daniele da Volterra cubrir los desnudos de los frescos del Juicio Final en la Capilla Sixtina, hecho por el que fue conocido como Il Braghettone (traducido como ‘el pintacalzones’).
- Miguel Ángel ‘respondió’ al malestar de Biagio da Cesena pintándolo en uno de los frescos, representándolo como Minos, el juez del infierno. El presbítero se quejó ante el papa, quien le respondió que su jurisdicción no incluía el averno, por lo que la pintura no se eliminaría.
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