Oculto a la vista fluye un caudal permanente de agua dulce, fresca y cristalina, al cual se tiene acceso a través de los cenotes, un universo místico y, a la vez, un atractivo turístico y único.
En la cosmogonía maya, estas formaciones geológicas tienen un significado muy especial, pues el ts’onot o dzonot es la puerta al Xibalbá, el inframundo, a donde van las ánimas.
Son mágicos lugares, protagonistas de leyendas sobre guardianes mitológicos, de rituales prehispánicos y cientos de miles de años de geología que han formado este sistema de cavernas, uno de los más grandes del planeta, a donde el agua se filtra a través de las capas de la piedra caliza, característica de toda la península.
Además de su belleza, me sorprendió lo relajante que es flotar en el agua transparente de un cenote, escuchando el eco de la caverna.
Para el turista, la experiencia admite una aproximación no solamente mística, sino de una aventura que incluye varias actividades: kayak, snorkel, rappel o tirolesa. De todo esto, compartimos cuatro propuestas para visitar bajo tierra en Yucatán.
Cenotes y grutas para tu próxima escapada a Yucatán
Tsukán Santuario de Vida
Muy cerca de Chichén Itzá hacemos una primera parada. Tsukán es un parque en la selva que ofrece experiencias genuinas que enaltecen la cultura maya en un ambiente rústico, con acciones sostenibles y una elevada atención al detalle.

El encargado de saludar a los visitantes es un pich, un gigantesco árbol sanador, al pie del cual se realiza una ceremonia con incienso y rezos.
El sendero cruza una casa maya tradicional. Ahí se nos invita a elaborar una tortilla con la guía de una cocinera y, probarla después con una salsa de la región. También se puede participar en la siembra de maíz en el huerto, visitar los vestigios mayas con 140 basamentos de casas originarias y elaborar el tradicional “recado”, un sazonador tradicional.
El descenso a esta caverna pasa por un monumental túnel, tras el cual hallamos la plataforma para entrar al agua. Debido a que el cenote es semiabierto, el sol lo ilumina hasta los 35 metros de profundidad. Sorprende su transparencia.
- Abierto de lunes a domingo de 8:00 a 16:00 horas.
- Admisión general: 250 pesos por persona. Con buffet: 490 pesos.
- Contacto. Teléfono: (999) 648 0109 y tsukan.com.mx
Destino Mío
Quedarse a dormir a unos pasos de un cenote en Yucatán sería un complemento perfecto.
Esta es la propuesta de Destino Mío, un desarrollo ecológico y reserva natural de 250 hectáreas, de las cuales solo cuenta con 5.7 para el resort: el resto del área es para el desarrollo sustentable y conservación.
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La propiedad cuenta con un total de ocho cenotes, de los cuales tres están abiertos al público, y uno está reservado a la fauna del lugar.
La reserva, a 90 minutos de Mérida, tiene su propia zona de glamping, La Aldea: un híbrido entre cabañas y tiendas estilo safari que ofrecen una estancia sofisticada en medio de la selva maya.
La elegancia rústica de las ocho tiendas contrasta con el aspecto sin maquillar de los materiales locales. A diferencia de destinos más extrovertidos, Destino Mío enfatiza en la calma y relajación, con menos visitantes.
Este complejo obtuvo el Galardón Jaguar 2024, premio que destaca su compromiso con el turismo de aventura sostenible.
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En tres de sus cuatro cenotes, Paul, Emil y Jade, se puede nadar. Jade se encuentra a cielo abierto, con profundas paredes de más de 22 metros, surcadas por raíces.
En contraste, Paul tiene un aspecto cavernoso. Se usan linternas y visores para observar los peces en sus aguas.
Paul se percibe como un río subterráneo. Antes de acceder, se realiza una ceremonia en maya para pedir permiso.
Emil es semiabierto. Se accede por una escalera de piedra, junto a un muro de enredaderas conocidas como pothos o julietas, hasta una plataforma de roca para sumergirse en la poza.
Hay un cenote más, Utópika, pero no es para nadar. Más bien, ahí se crían tortugas de la especie terrapene carolina yucatana.
Con sus más de 40 metros de diámetro, esta formación también sirve de escenario del spa homónimo.
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Otro de los distintivos de Destino Mío es el mirador El Ojo: una imponente torre de 12 metros de altura tejida de bambú.
Al subir a su plataforma superior se puede apreciar la inmensidad de la selva y, si es al atardecer, mucho mejor.
Otra de las paradas obligadas es el restaurante Cocina Tamarindo. Su chef, Azael Mai, nacido en la vecina comunidad de Tekit, ha diseñado un menú con sabores locales, como la costilla Destino Mío, el chile relleno, el salmón al tamarindo, además de la tradicional sopa de lima.
Quienes busquen disfrutar de este destino pero sin pernoctar también está disponible el day pass por 800 pesos por adulto y 400 por niño.
Se ofrece transporte desde el aeropuerto de Mérida, desde el centro Mérida, de Valladolid o de Tekit, entre otros.
- Tarifas de hospedaje desde dos mil 998 pesos por noche para dos personas.
- Contacto: Tel. (999) 996 7421 y destinomio.mx
Hacienda Chukum
Hacienda Chukum está a 15 kilómetros al oriente de Valladolid, uno de los siete pueblos mágicos de Yucatán, y a dos horas y media de Mérida.
Podemos llegar a su cenote bajando escalones o a rappel. El visitante queda suspendido de una cuerda, controlando la velocidad de deslizamiento para caer directamente en el agua. Puede ser fotografiado por los anfitriones.
Para añadir diversión hay líneas de tirolesa en el interior del cenote, recorriendo lado a lado sus 40 metros de diámetro.
También hay plataformas para echarse clavados, así como kayaks.
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Al flotar en la superficie del agua, notamos lo lejos que está el techo abovedado de nosotros —casi cerrado por completo—, así como el propio fondo del cenote, a unos 20 metros. La caverna se ilumina gracias a tres pequeños boquetes naturales por los que se filtran haces de luz.
Afuera, a unos pasos del cenote, se abrió un restaurante de comida yucateca.
Chukum es un sitio para divertirse y comer bien.
Además de la aventura y de la refrescante zambullida, la comida buffet se puede añadir al servicio por 100 pesos más.
- Admisión: 250 pesos por adulto y 125 por niño.
- Contacto: haciendachukum.com
Grutas Chocantes
¿Qué pasa si queremos descender al Xibalbá, pero sin mojarnos? Para quienes buscan la experiencia del inframundo maya sin el requisito de zambullirse, hay una alternativa que abarca el ecoturismo, la arqueología y la espiritualidad: las Grutas Chocantes, así llamadas por la familia que vivió en este lugar hace décadas.
Este sistema de cavernas se ubica justo a las afueras del Pueblo Mágico de Tekax, a unos 120 kilómetros al sur de Mérida.
Los actuales guías y anfitriones operan como ‘guardianes’: su función, ante todo, es la del resguardo de la caverna.
Acceder a la también llamada ‘Gruta de Cristal’ no parece tan demandante como otras experiencias, pues consta solamente de un par de tramos de escaleras rústicas de pocos metros de descenso.
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Sin embargo, las personas con poca condición física tendrán una experiencia retadora.
Los giros y posiciones corporales necesarios para bajar las escaleras, que conectan los estrechos pasadizos de la caverna, son algo similar a hacer yoga.
Recomendamos cargar una toalla pequeña para secar el sudor. Los anfitriones te facilitan una botella de agua.
Pasado el tramo aeróbico, y recuperado el aliento, contemplamos la primera de varias bóvedas naturales en cuyas paredes hay todo tipo de texturas y brillos: los cristales de carbonato de calcio destellan con la luz de las lámparas, como si fueran gemas preciosas, y en otros parajes los escurrimientos parecieran estar formados por hielo.
Al ir avanzando al interior de la caverna, vemos artefactos mayas ubicados en su lugar de descanso original.
El guía y guardián nos compartió diversos aspectos sobre el uso de estas piezas como herramientas por los mineros mayas, pues estos cristales eran utilizados para la elaboración de joyería y otros accesorios.
Fragmentos de vasijas nos recuerdan que la hidratación era parte de la jornada de los mineros ancestrales. Igualmente nos encontramos ofrendas que nos indican el sitio de una tumba.
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La caverna tiene una exigencia moderada, con poco más de una hora de recorrido. Hay una ruta significativamente más demandante, pues la mayor parte del recorrido requiere avanzar en posición pecho tierra.
Esta última no es apta para claustrofóbicos ni sedentarios.
Al final, sube a los miradores y a la tirolesa de modo hamaca.
Según el guía, desde ahí se ve el borde del cráter Chicxulub provocado por la caída del meteorito que exterminó a los dinosaurios. A simple vista parece un conjunto de lomas.
- Entrada: 300 pesos por persona. Acceso exclusivamente con reservación.
- Contacto: Tel. (997) 117 2756. IG: @grutachocantes
Guía del viajero
Renta de auto
- Si quieres moverte por tu cuenta por todo Yucatán, te recomendamos alquilar uno. Algunos tips: que sea un vehículo compacto o superior.
- Los autos subcompactos son más baratos y convenientes en ciudad, pero resultan incómodos para viajes por carretera.
- Asegúrate de devolver el auto rentado con el mismo nivel de gasolina que te fue entregado. El cargo por faltante es significativo.
Precios
- Un compacto cuesta alrededor de $1,645 pesos por cinco días (precios en línea).
Tiempo de viaje, desde Mérida
- A Tsukán, en Pisté: una hora y media.
- A Destino Mío, en Tekit (pueblo famoso por la elaboración de guayaberas): una hora y cuarto.
- A Hacienda Chukum, en Valladolid: dos horas y 11 minutos.
- A las Grutas Chocantes, en el pueblo mágico de Tekax: una hora y 35 minutos.
Tips
- Usa sandalias de playa (Speedo) o con pulsera (Crocs), bloqueador de sol biodegradable, portacelular impermeable con cordel, repelente de insectos y billetes de baja denominación para dar propinas.
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