Se calcula que, tan solo en el estado de Yucatán , hay entre siete mil y ocho mil cenotes . Pueden existir muchos más que están escondidos entre la espesura de la selva o incluso debajo de las casas o de algún comercio.
Estos pozos de agua cristalina que se conectan con un complejo sistema de cuevas inundadas y seminundadas (las cuales se conocen comúnmente como ríos subterráneos) se distribuyen por toda la península yucateca dándole la forma de un queso gruyere, con agujeros por donde se filtra el agua.
Los cenotes y cavernas son sitios sagrados. Los primeros representan la entrada a Xibalbá, el inframundo maya a donde viajan los muertos, un sitio escondido bajo la tierra, dividido en nueve niveles y custodiado por dioses.
Foto: Unsplash. Jakob Owens
En la mitología maya existe la creencia de que, para entrar a un cenote o una cueva, hay que pedir permiso (en serio y con respeto) a los guardianes de estos sitios: aluxes y ha’kanules. Los primeros son los protectores de la selva y, los segundos, del agua. Si no lo haces, podrías ser blanco de alguna travesura o sufrir alguna consecuencia más seria.
Después de una oración o dejar una ofrenda, ya puedes entrar a estos mágicos lugares para nadar o divertirte con otra actividad.
1. Tirolesa
Cenote Xcanché. Foto: iStock
Cuando visites la zona arqueológica de Ek Balam, no dejes de pasar por el hermoso cenote semiabierto Xcanché y deslizarte en su tirolesa. A tres kilómetros del sitio prehispánico se encuentra la entrada del parador del cenote. Desde ahí puedes irte caminando o rentar una bici y recorrer 1.5 kilómetros. Tienes varias opciones al llegar a su espejo de agua azul turquesa de 40 metros de diámetro: nadar, recostarte en una hamaca, subirte a su tirolesa o descender sus paredes a rappel.
A unos 15 kilómetros de Chichén Itzá, el Parque Yokdzonot, una cooperativa de turismo comunitario operada, en su mayoría, por mujeres. Además de proporcionarte chaleco salvavidas para nadar en su cenote, instalaron una tirolesa sobre la poza rodeada de paredes verticales y cubiertas de raíces, mismas que también se pueden descender a rappel.
Facebook: Cenote Ecoturístico X-canché.
Más información de Yokdzonot: cenoteyokdzonot.weebly.com
2. Salto libre
Cenote Ik Kil. Foto: iStock
El cenote Ik Kil está a tan solo tres kilómetros de Chichén Itzá, así que es el lugar ideal para descansar después de tu visita a la zona arqueológica.
Esta formación es impresionante por su forma cilíndrica, el agua cristalina y sus 48 metros de profundidad. Para acceder a esta poza hay que descender 91 escalones a través de un túnel. Súbete a una de sus dos plataformas de clavados y déjate caer al agua desde unos cuatro o cinco metros de altura.
La entrada general, a partir de los 12 años de edad, cuesta 150 pesos por persona (más cargos, si compras por internet), e incluye chaleco y locker; con alimentos, el acceso te costaría 350 pesos más cargos. La ventaja es que no tendrás que hacer fila y encontrarás más lugares disponibles por reservar con anticipación. El terreno donde se encuentra el cenote dispone de restaurante, snack bar, regaderas, vestidores, tienda y hasta bungalows.
Xcanché es otra “entrada al inframundo” donde puedes saltar desde seis metros de altura.
3. Buceo y snorkel
Una de las actividades más emocionantes es el buceo en las cuevas inundadas y seminundadas de la península de Yucatán . Todas están conectadas entre sí. Esta actividad es similar a flotar en el espacio, al menos esa es la sensación que producen las aguas cristalinas de estos sitios que te transportan a otro mundo donde es posible observar estalactitas y estalagmitas gigantes de miles de años de formación y un espectáculo sorprendente de luces y sombras, al que solo pocos acceden.
Esta aventura se adapta a distintos niveles de buceo y siempre se hará en compañía de un instructor certificado y con experiencia en buceo de cavernas (cavern/dive master). Además, debe contar con conocimientos en rescate y primeros auxilios.
Adventure Tours Dive Center no solo te lleva a explorar este universo subterráneo en varios cenotes y cuevas de Yucatán , también te prepara para obtener un certificado de buceo.
Uno de los cenotes que puedes explorar con ellos es Suhem, apto para el buceo, el snorkel o simplemente para nadar y relajarte un rato.
Noh Mozón es otro de los cenotes donde hace inmersiones la misma empresa para buzos full cave. Se exploran tres cuevas con hasta 45 metros de profundidad.
4. Columpio
Cenote Oxmán. Foto: iStock
A las afueras del pueblo de Valladolid se localiza la Hacienda San Lorenzo Oxmán, construida en 1746. Es patrimonio histórico de Yucatán y una parada imprescindible para conocer, sin multitudes, su cenote.
Sus paredes verticales están tapizadas de vegetación y raíces colgantes que descienden a 20 metros de profundidad hasta rozar la superficie del agua. Desde una plataforma te cuelgas de una soga para columpiarte y lanzarte a la poza. Pasarás un gran día disfrutando de la alberca de la hacienda y de las hamacas. Hay bar y restaurante.
Búscala en Facebook como Hacienda Oxmán Cenote o envía un WA al (985) 106 5066. Paquetes desde 150 pesos por persona.
5. Kayak
En 25 minutos, desde el Pueblo Mágico de Valladolid, llegas al Rancho Agua Dulce en el poblado de Yalcobá. El atractivo de esta propiedad son sus dos cenotes, Palomitas y Agua Dulce, a 200 metros de distancia uno del otro. Ambos son un paraíso por su belleza y porque no están infestados de turistas. Se trata de cenotes cerrados cubiertos de estalactitas e inundados de agua cristalina. Además de nadar y hacer rappel (comienzas el descenso a través de un agujero en el techo), también es posible remar en kayak.
El rancho tiene restaurante y renta de bicis para moverte de un cenote a otro. La entrada cuesta 150 pesos por persona por cenote. Ambos suben a 250 pesos, si quieres incluir la comida tipo buffet. Las bebidas se cobran aparte.
Contacto: Búscalo en Facebook como Agua Dulce Adventure. Tel. (999) 990 5896.
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