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Cada lucha en la que tiene la oportunidad de participar, Templario agradece a Dios por la oportunidad de demostrar sus cualidades ante los fanáticos.
Un estilo lleno de fuerza y capacidad aérea, le ha permitido con el paso de los años ganarse un lugar en las principales carteleras del Consejo Mundial de Lucha Libre.
Eso sí, siempre con los pies firmes en la tierra y recordando su origen, su amado terruño, Calpulalpan, Tlaxcala, ese que lo hizo salir de casa para cumplir sus más grandes anhelos. "Siempre voy a ser un tipo agradecido y con los pies en la tierra, vengo de un lugar humilde y nunca me olvidaré de donde salí”, menciona el gladiador.
Su memoria es buena: “Mucha gente me ayudó para llegar y estar en el Consejo Mundial de Lucha Libre. Siempre que salgo por la pasarela y regreso, me gusta agradecer por cada paso que doy, estoy trabajando para ser estrella, seguir luchando contra los grandes en México y el extranjero", comentó.
Sobre su reto en tierras asiáticas, viajó a Japón a inicios del mes de febrero, el esteta fue claro sobre su objetivo que es seguir mostrando el avance del personaje y poner en alto el nombre del CMLL, y claro, el del país. "Cuando vamos a otros países no vamos de vacaciones, siempre salimos con el objetivo de darlo todo. La afición en Japón conoce de lucha libre, es exigente y espera ver lo mejor de nosotros".
El luchador mexicano, quien tiene una de las máscaras más vendidas de la empresa, estableció su más grande deseo, el de, en un futuro, poder compartir el ring con su hijo, quien como él, vive con gran pasión el deporte. "Hay conexiones muy importantes para mí, para mi carrera y mi vida. Hoy Templario tiene una con la fanaticada y espero se mantenga para respaldar a mi hijo, quien quiere ser luchador, pero primero debe entregarme un diploma”, concluyó. Leobardo Vázquez