El expiloto sueco Stefan Johansson tuvo una carrera de 30 años en el automovilismo, 10 de ellos en la Fórmula 1, donde fue parte de escuderías como Ferrari y McLaren. Como piloto de resistencia en Porsche ganó las 24 Horas de Le Mans.
Sin embargo, la trágica muerte de uno de sus amigos cercanos provocó un cambio radical en su vida, que lo hizo dejar los volantes para tomar los pinceles y convertirse en artista plástico...
Sus obras ahora son exhibidas en el décimo aniversario del Gran Premio de México, donde se plasman distintos automóviles de la Fórmula 1 como el de Charles Leclerc, Lewis Hamilton, Fernando Alonso o Max Verstappen, en un estilo que mezcla el impresionismo y el puntillismo.
A Johansson siempre le gustó el arte: “Es una historia graciosa, siempre me interesó la estética, desde lindos autos, la arquitectura, el arte, lo que sea. Cuando empecé a ganar dinero por las carreras, empecé a coleccionar piezas de arte, pero nunca pensé en hacer algo propio, simplemente era algo que disfrutaba, pero era muy amigo de Elio De Angelis, y cuando él murió, su accidente me afectó mucho y por algún motivo que al día de hoy no podría explicar, me dieron ganas de comprarme un bastidor, pintura y hacer algo en su memoria”.
De Angelis murió en 1986 en el circuito Paul Ricard, en Francia. El alerón trasero del auto del italiano se desprendió, provocó que se diera vuelta y el coche se incendió y 29 horas después, murió. Johansson confesó que, desde la primera vez que tomó un pincel, supo que encontró su nueva pasión: “Fue como si me hubiera impactado un rayo. Inicié de nuevo. Nicolás Schiller Solti
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