En una noche que quedará grabada en la memoria escarlata, los Diablos Rojos de Toluca ofrecieron un espectáculo demoledor al golear (6-2) a Rayados de Monterrey, confirmando por qué ostentan el trono de la Liga MX.
Lo que comenzó como una batalla entre el segundo y el tercero de la clasificación se volvió un festín ofensivo local, que mostró en su mejor versión a los pingos.
El punto de quiebre del juego —que comenzó ganando Monterrey tras la anotación de Germán Berterame (10')— llegó con un penal fallado por Sergio Ramos, un golpe anímico del que no pudieron levantarse.
Ver a su capitán derrotado fue una imagen fuerte para los dirigidos por Domènec Torrent, quienes recibieron el empate tras la estupenda definición de José Ángulo (23').
La igualdad no fue suficiente para los locales, quienes, con el respaldo de la grada, se lanzaron al frente, celebrando el doblete de Nicolás Castro (34', 62') y disfrutando de una soberbia actuación de su goleador Paulinho, quien en su tiempo en la cancha anotó un triplete sobre la meta de Santiago Mele (25', 40', 52').
Con todo en contra y antes del descanso, Óliver Torres acercó a Rayados para hacer más decorativo el marcador (39').
En la recta final, ya con un visitante totalmente rendido, los mexiquenses bajaron la intensidad y controlaron el esférico, esperando el silbatazo final.
Con este resultado, Toluca no solo reafirmó su poderío como campeón, sino que también puso fin a la racha positiva de Monterrey, que llegaba con paso firme en la Liga MX.
La goleada en el Nemesio Diez representa un duro golpe para los regiomontanos, quienes tendrán ahora la misión de recomponerse anímicamente y futbolísticamente de cara a la siguiente jornada.