El indiferente apretón de manos entre Domenec Torrent y Antonio Mohamed, tras el silbatazo final del árbitro Daniel Quintero, fue la imagen que reflejó a la perfección lo sucedido en el primer capítulo de la semifinal entre los Rayados y los Diablos Rojos.

Sí, el Monterrey salió con ventaja del estadio BBVA (1-0), pero su experimentado entrenador sabe que es una pírrica ventaja para meterse al Infierno.

Y al Turco le preocupa la anemia ofensiva que aqueja al Toluca. Ya son 205 minutos sin anotar gol, una eternidad en fase final.

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Estadística que provoca no ver tan sencilla la misión de pasado mañana por la noche en el estadio Nemesio Díez. Sólo es una victoria. El problema es que el actual campeón y líder padece amnesia cuando llega a zona de definición.

Complicada noche para Paulinho. El tricampeón de goleo gozó de pocas opciones de gol y, cuando definió correctamente, apareció Luis Cárdenas, figura de los Rayados... Junto a la suerte.

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El Mochis respondió correctamente en los intentos de larga distancia del volante Nicolás Castro, pero también halló un trébol de cuatro hojas. Lo recogió después de que la sutil definición de Marcel Ruiz estremeciera su poste derecho, antes de estirar la pierna para evitar el tanto del empate.

Resultado que el Toluca buscó en una segunda parte a la que llegó en desventaja por el certero cabezazo de Germán Berterame (38’), a pase de Jesús Manuel Corona, que dejó inmóvil al meta Hugo González.

Sí, el Monterrey tiene ventaja, pero le parece muy poca... Y para el Toluca es injusta.

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