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Santa Clara, Estados Unidos.— El resoplido más grande de Jaime Lozano apareció tras aquel cabezazo de Edson Álvarez que reventó el travesaño del arco qatarí.
Contrariado, el director técnico del Tricolor personificó a la frustración, porque a aquel acto instintivo siguió una imagen que incluyó mirada absorta y manos en la cintura.
La buena racha del Lamborjimmy pereció ante un equipo tan intenso como limitado. Una jugada de gol bastó a Qatar para derrotar a la Selección Mexicana en el cierre de la fase grupal en la Copa Oro (1-0), aunque las verdaderas jaquecas tricolores se acentuaron cuando se trataba de generar peligro en la portería de los asiáticos.
Nuevo papelón en el estadio Levi’s, donde hace siete años Chile despedazó al entonces equipo entonces dirigido por Juan Carlos Osorio (7-0).
Lo de esta vez no fue tan escandaloso, pero igual de penoso, porque el invitado al torneo de la Concacaf (en el que avanzó a cuartos de final) se impuso gracias a una fórmula bastante sencilla: aprovechó un error y se replegó.
Porque el tanto de Hazem Shehata (27’) tuvo la colaboración de Guillermo Ochoa y Julián Araujo, quien nunca atacó el balón.
Mazazo para un equipo que está en la siguiente ronda, pero lleno de dudas.