Desde su inauguración, el 2 de agosto de 2015, el imponente y moderno estadio BBVA, hogar de los Rayados, ha sido el escenario de dos definiciones en la Liga MX; sin embargo, el Monterrey no levantó el trofeo de campeón en alguna.
Primero fue el Pachuca (en el Clausura 2016) y luego los Tigres (en el Apertura 2017), los verdugos de una afición que sueña con consagrarse por primera vez campeona del futbol mexicano en este inmueble, aunque ya han festejado títulos de Copa MX, Liga MX Femenil y Liga de Campeones de la Concacaf, donde —incluso— el América fue una de sus víctimas.
Este domingo, el Monterrey recibirá al América en el coloso de Guadalupe. Ambos, con una ambición tan grande como las montañas que rodean el estadio que será mundialista en 2026.
Las Águilas buscarán hacer historia y convertirse en el primer tricampeón en los torneos cortos, mientras que los regiomontanos anhelan bordar su sexta estrella y romper la maldición de no consagrarse en su propio hogar. ¿La tercera será la vencida?
Con capacidad para 51 mil espectadores, el Gigante de Acero (construido en cuatro años, gracias a una inversión de 200 millones de dólares) recibe su apodo por las seis mil 300 toneladas de acero, el aluminio en cubierta, fachada y canceles, las cinco mil 600 toneladas de varillas y los 57 mil metros cúbicos de concreto que lo componen.
No obstante, el metal más preciado, obsesión por la que compiten los 18 equipos de la Liga MX, mide tan sólo 47 centímetros por 19 de ancho. Le falta ese trofeo.