Luego de cinco extraordinarios clavados en el Centro Acuático de París, Randal Willars se colocó en posición en la plataforma de 10 metros, respiró y se dispuso a ejecutar —ante miles de aficionados— el clavado con mayor grado de dificultad en toda la final de plataforma en los Juegos Olímpicos.
El momento de ensueño para el joven mexicano, luego de algunos segundos, se volvió una auténtica pesadilla, al fallar y quedar fuera del podio, luego de finalizar con un total de 478.40 puntos, que lo relegaron al quinto lugar.
Desde esa dolorosa experiencia, en el escenario más importante que ofrece el mundo del deporte, el atleta nacido en Tijuana, Baja California, ha trabajado intensamente para aprovechar lo aprendido en tierras francesas y tomarlo como gran impulso para sus siguientes competencias internacionales.
“Los Juegos Olímpicos de París 2024 me dejaron importantes aprendizajes. Ahora, es momento de plasmarlo y seguir encontrando soluciones para crecer, con todo mi equipo. Ahora tenemos una evolución constante y estamos preparados para los grandes escenarios”, comentó, en entrevista con EL UNIVERSAL Deportes.
Willars, quien presume tener en su clavado de cuatro y medio giros, con 4.1 grados de dificultad, una llave para brillar a nivel internacional, recalcó que —sin importar el trago amargo en tierras francesas— intentará perfeccionar su ejecución con miras a Los Ángeles 2028, donde quiere ser medallista.
“Así pasa en los clavados. Desde que los acomodas, puedes correr riesgos; puede ser el primero o el último. Siempre va más por el momento. Seguiré intentando los más elevados para tener calificaciones altas y la posibilidad de estar luchando por medallas”, concluyó.
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