En la lucha libre mexicana, pocas familias han marcado una huella tan profunda como la ha comenzado a dejar la dinastía del Pirata Morgan.
Con más de 45 años de carrera, el rudo no sólo ha construido un nombre legendario, sino que ahora trabaja para asegurar que su legado perdure. “Ya está el hijo del Pirata Morgan y Pirata Morgan Jr., mis dos hijos luchando, tengo a mi hija Morgana, también ya está dando de qué hablar, ya tiene su tiempecito, ya está haciendo su propia historia y ya estamos preparando a Pirata Morgan tercera generación”, declaró con orgullo el autonombrado Mejor luchador del mundo.
Para Pedro Ortiz, su legado debe trascender en el pancracio mexicano, por ello pone especial atención en la continua preparación de sus herederos, aun cuando ya tienen lona recorrida, pues no le gustaría que en el futuro su nombre se perdiera, como ha sucedido con otras grandes estrellas de la lucha libre.
“¿Sabes cuál es el asunto? Que es un nombre que no se puede perder. A mí me da tristeza cuando… Te voy a dar un ejemplo: el Perro Aguayo, salió el Perrito Aguayo, fallecieron los dos, y ¿qué pasó? Ya no hay Perro Aguayo. Y es un nombre que quedó para la historia”, lamentó. “Ahorita ya hubiera salido a lo mejor el Perro Aguayo nueva generación, algún familiar de él, obviamente”, agregó Morgan, quien sigue imponiendo su ley en los cuadriláteros.
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