Gabriela Agúndez vivió un día inolvidable en los Juegos Olímpicos de París 2024, ya que ―por primera vez― sus padres la vieron competir en vivo en una justa veraniega. En Tokio 2020 no se pudo por la pandemia, pero ahora viajaron para estar de cerca.
Aunque Agúndez y Orozco no pudieron celebrar como querían, ya que quedaron lejanas de alguna medalla, finalizaron quintas en la prueba de plataforma 10 metros sincronizados femenil con una calificación final de 297.66.
"Hoy no se dio el resultado que esperábamos. Claro que esperábamos colgarnos una medalla; para eso hemos trabajado, nos hemos preparado día con día, pero también sabíamos que era una prueba bastante peleada", indicó la sudcaliforniana.
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Su compañera, Alejandra Orozco, reconoció un error en su clavado que costó una calificación baja, pero Agúndez no recrimina nada, al contrario, entiende que le pudo pasar a cualquiera y sólo queda dejar esa situación en el pasado.
"A la hora de competir vamos clavado por clavado es algo que tenemos muy consciente, fallas un clavado... No te sale cómo quieres y al siguiente no sabes cómo manejar la presión. Por eso nos decimos mucho: vamos clavado tras clavado", analizó.
La medallista de bronce en Tokio 2020 no se desanima, ya que todavía le resta la participación individual el próximo 5 de agosto.
"Nos queda una prueba más, pase lo que pase somos un equipo, en las buenas, en las malas y en las difíciles no por nada estamos aquí participando en unos Juegos Olímpicos juntas, ha sido un proceso bastante complicado y a pesar de todo eso estamos aquí compartiendo, eso habla más que nada", recalcó Agúndez.