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Aún estaban abajo por 14 puntos, pero no hubo un solo jugador de los 49ers que no festejara cuando Josh Reynolds no atrapó aquel pase de Jared Goff.
Los hoy campeones de la Conferencia Nacional sabían que Dan Campbell, coach de los Lions, pagaría muy caro mantener su filosofía de priorizar jugársela en cuarta oportunidad en vez de buscar goles de campo... Y así fue.
San Francisco protagonizó una de las remontadas más espectaculares en la historia de los Playoffs en la NFL y derrotó a Detroit (34-31), para clasificar al Super Bowl LVIII, donde se medirá a los campeones Chiefs de Kansas City.
Los 49ers se fueron al descanso con una desventaja de 17 unidades, pero anotaron 27 puntos sin respuesta, antes de que los Lions marcaran el touchdown que hizo más dramático el final.
En el momento más oportuno, el quarterback Brock Purdy mostró temple. Además de mostrarlo con el brazo, también lo hizo con las piernas, al conseguir 51 yardas terrestres en cuatro acarreos.
San Francisco buscará su primer título en 29 años.