En , un error técnico dejó fuera del podio de la plataforma a .

Momento imborrable en la mente del joven mexicano, quien un año después —en el Mundial de Deportes Acuáticos— se levantó y, con el salto más complejo del planeta, se colgó el bronce.

El resultado, además de significar una revancha, aumentó su ambición, porque desea seguir avanzando y ganar la medalla olímpica en Los Ángeles 2028.

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“Todo esto es con miras a Los Ángeles 2028. El ciclo lo empecé de una gran manera; seguiré trabajando para superar los resultados y llegar en mi mejor momento, para ganar esa medalla olímpica que me hace falta tener en el pecho”, aseguró, para .

Randal, quien llegó a la competencia final con el antecedente de haber conquistado la presea dorada en la Copa del Mundo en Guadalajara, aseguró que en ese último clavado (con 4.1 grados de dificultad) tuvo la confianza que le permitió ejecutarlo a la perfección.

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“El Mundial es una competencia muy cerrada. Siempre me toca ser el último. Había motivación, por ser una competencia similar y por el último clavado. Me di cuenta de que allí debía sacar el carácter y demostrar que he ido creciendo. Ese clavado me dará grandes triunfos”, prometió, emocionado.

Willars compartió que tener la presea ganada en Asia le permitió darse cuenta de que está hecho para grandes cosas.

“Me demostré mi capacidad y todo lo que he venido entrenando. Sé que estoy hecho para esto”, sentenció, con orgullo.

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