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Hijo de Pequeño Goliat, Max Star conoció desde corta edad la pasión y el amor por la lucha libre, una disciplina que le llenó el corazón y lo hizo enfocar todos sus esfuerzos para comenzar a practicarla con apenas 10 años.
Con el respaldo de su padre, el esteta del Consejo Mundial de Lucha Libre compartió esos primeros entrenamientos y recordó a los ídolos que hoy encuentra en los vestidores, quienes lo llevaron a creer en sus sueños. “Entrené con mi papá, eran jornadas muy duras, pero lo hacía para que me forjara. Además de mi padre, tuve como ídolos a Místico y Volador Jr., ellos fueron referentes para que yo llegara al Consejo Mundial de Lucha Libre. Tenía 10 años y sabía que quería ser luchador”.
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Luego de debutar con 13 años, el siguiente paso en la carrera del gladiador fue llegar al CMLL, empresa que lo recibió con 14 años y en la que ahora es ídolo. “Imaginaba estar luchando en la Arena México, con las personas pidiendo autógrafos y viajando por todo México y el mundo. Debuté a los 13 años; había preocupación por parte de mi mamá por los golpes y posibles lesiones. Con 14 años llegué a la escuela del CMLL”.
Con el paso de los años y un toque de paciencia, Max Star cumplió el sueño de debutar en la México, un inmueble lleno de historia. “Nunca imaginé tanto, parece que sigo soñando. Debuté en la Arena México y es algo especial ver esas gradas llenas apoyándote. Ojalá que pueda seguir avanzando”, finalizó.
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