El jiu-jitsu significó para Diego Lopes la puerta de entrada a las artes marciales mixtas y su camino para convertirse en ídolo del octágono. Esta disciplina le fue inculcada por su familia, y desde corta edad mostró mucho talento para salir con la mano en alto.
Con el respaldo de su entorno, el nacido en Manaos, Brasil, impuso su calidad en las competencias locales, ganándose el respeto de los fanáticos y un lugar destacado en los deportes de contacto.
El camino no fue nada sencillo para el brasileño, quien fue instructor en un gimnasio en México. “Empecé desde los cinco años con el jiu-jitsu y a los siete comencé a competir. Llevo 25 años involucrado en los deportes de contacto y ahora, en la UFC, estoy disfrutando el proceso. Siempre tuve el deporte presente desde muy pequeño. Mi papá y mis tíos lo practicaban, y allí fue mi primer contacto. Esa experiencia de su parte me llevó a las competencias y a darme cuenta de que era bueno”, comentó en entrevista con EL UNIVERSAL Deportes.
Lopes, clasificado número tres en la división pluma y quien mantiene una racha de victorias contra peleadores como Brian Ortega, Dan Ige y Sodiq Yusuff, recalcó la clave de su éxito en los últimos meses, asegurando que todo se debe a su disciplina en los entrenamientos, cualidades que se aprenden con el tiempo. “Ya en el nivel alto, cuando puedes vivir del deporte, todo se basa en los entrenamientos. Yo hago tres entrenamientos por día, como y descanso. Es una rutina, pero aprendes a ser responsable. Decimos que la pelea se gana en los entrenamientos; de allí la importancia de tomarse las cosas muy en serio desde el principio y finalizarlas de la mejor manera”, indicó.