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Con decenas de bordados de mil colores y un par de huaraches de cuero, la mexicana Lorena Ramírez ha logrado lo impensado: Salir de lo más profundo de la Sierra Tarahumara, en Chihuahua, para conquistar al mundo con su fuerza y resistencia, cualidades que la colocan como una de las mejores corredoras de fondo en el planeta.
La atleta, orgullosamente rarámuri, se ha convertido en un ejemplo, al romper paradigmas y competir con vestimenta tradicional, sin importar las condiciones climáticas, el terreno o la discriminación.
“Mis hermanos rarámuris están felices de verme competir. Yo soy mexicana y me siento muy orgullosa de representar a mi país. Es muy especial ver los comentarios de la gente cuando no estoy aquí. Hubo muchas personas que me vieron mal y me rechazaron por vestir de manera tradicional, pero no entienden que soy indígena y me gusta representar mi cultura”, mencionó, en entrevista con EL UNIVERSAL Deportes.
La atleta originaria de Guachochi, quien honra sus raíces y su conexión con la naturaleza en cada prueba con sus blusas, llamadas Napachá, habló del distintivo que la hace sentir cómoda y feliz.
“Corro de manera diferente a cualquier mujer atleta. Salgo a las competencias con mi ropa tradicional, ya que es con la que nací. Son mis raíces, y me recuerda cuando era pequeña y veía a mi mamá hacer los conjuntos. El color que más me gusta es el amarillo”, reveló.