Justo antes de volver a la mitad de su campo para la reanudación, César Huerta se colocó a unos metros del pequeño grupo de aficionados auriazules presentes en el estadio Corona y, frente a ellos, dio un tierno beso al enorme puma blanco que llevaba en el pecho.

Porque eso es el "Chino" para los universitarios. Un chico que se ha enamorado para la institución en la que juega.

Y lo demuestra como se debe, con temple a la hora cero.

Lo presumió con el cabezazo (45+5') que permitió a los Pumas sacar un punto (1-1) de una cancha en la que no sacaban unidades desde tiempos pandémicos.

El chico de la ensortijada cabellera remató con todas sus fuerzas aquel preciso servicio de Leonardo Suárez. Justo cuando el Santos se imaginaba camino al vestuario con la ventaja, Huerta le cortó la ilusión en la lluviosa noche lagunera.

El gol del "Chino" salvó el invicto de los Pumas en el Apertura 2024 y a Lisandro Magallán del desazón. El defensa central cometió una incomprensible mano dentro del área, que -tras la revisión en el VAR- el árbitro Mario Terrazas señaló como penalti. Santiago Muñoz lo cambió por gol (32'), pese a la estirada de Julio González.

Error que fue lavado por el motor ofensivo universitario, ese muchacho de ensortijada cabellera que ha aprendido a amar a los Pumas.

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