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Llegar a Estados Unidos siempre fue un objetivo en la carrera de La Catalina, quien antes de subir al máximo escenario del wrestling tuvo que entregar cuentas a su familia en el máximo nivel educativo. Con la mayoría de edad y el reconocimiento estudiantil cumplido, la chilena emprendió la aventura que cambió su vida.
“El primer acercamiento con WWE fue en 2017 con 17 años de edad, ellos fueron a ver talento en varias partes de América. Terminando el entrenamiento me pidieron mis datos, pero no podía viajar por ser menor de edad. Esperé un año y volví a hacer las pruebas para irme”, narró.
La andina, quien se convirtió en la primera enmascarada en WWE, recordó que su debut fue sorpresivo, complicado por el idioma y el poco tiempo que tuvo para entrenar. “Hay varias anécdotas, mi debut fue muy loco. Querían que fuera una enmascarada mexicana y me tocó hacer una promo antes. Allá tienen todo ya escrito y había buenos planes”.
También se vio envuelta en varios conflictos personales, que hicieron más difícil su andar, encontrando refugio en México. “Mi cuerpo empezó a cambiar, empecé a engordar. Tenía depresión. Me diagnosticaron ovários poliquísticos. Fue difícil y con la pandemia todo empeoró, perdí gente, pero bueno, ahora estoy mejor aquí en México”, finalizó.