"Sí, es un antecedente que perfuma un poco y viste los datos estadísticos a nivel mediático, pero nada más", dijo Nicolás Larcamón al recordar sus series ante Chivas. La frase matiza un pasado que, aunque maquillado, lo respalda: dos eliminaciones directas al Guadalajara sin haberlo derrotado en 90 minutos, ambas definidas desde el manchón penal.

En Puebla, Larcamón ganó los repechajes del Apertura 2021 y 2022 con marcadores globales de 6-5 y 5-4 en penales. Aquellas tardes, intensas y dramáticas, elevaron su nombre en la Liga MX. Aun así, el técnico insiste en que no influyen en la serie actual. "Fueron momentos muy lindos y gratos… pero en relación a lo que se jugará tanto el jueves como el domingo, nada, absolutamente nada", reiteró.

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Hoy, ya con Cruz Azul, enfrenta un reto mayor. Mantiene su invicto ante Chivas en fases finales, pero también carga con un matiz incómodo: nunca encontró la forma de vencerlos en el tiempo regular. Por eso esta serie es más que unos cuartos; es la misión que puede redefinir su carrera en México.

El viaje a Guadalajara representa el inicio simbólico del camino celeste hacia la décima. Cruz Azul cerró tercero la fase regular y llega a la ida en el estadio Akron con semanas de preparación por el parón de Fecha FIFA. Chivas, sexto, vuelve a cruzarse en su ruta como un rival que lo ha exigido en su versión más aguerrida.

Larcamón ya sabe lo que es ganar en el Akron con la camiseta celeste: lo logró en la Jornada 7 con un 1-2 que reforzó su proyecto. Desde entonces, ha reconocido el estilo de Milito, pero también ha trabajado para que la Máquina pueda competir con la misma garra con la que superó aquellas tandas de penales con la Franja.

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La historia del técnico en Liguilla, sin embargo, ha sido un arma de doble filo. En Puebla sorprendió, pero también vivió eliminaciones dolorosas; en León y Necaxa compitió, aunque se quedó a centímetros del paso decisivo. Las cifras duelen: 4 victorias, 7 empates y 9 derrotas en duelos de fase final.

Cruz Azul le ofrece un escenario distinto: una plantilla profunda, jerarquía en cada línea y un entorno que exige competir por títulos. Larcamón no viaja a Guadalajara para sobrevivir, sino para conquistar. Y su misión, la más importante de su carrera en México, comienza este jueves en el Akron.

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