Colombia de James Rodríguez le arrebató en casa un empate 1-1 al imbatible Brasil y hace cola para sacar boleto a Rusia-2018, a diferencia de Chile que deberá encomendarse a todos los dioses tras caer 1-0 ante Bolivia en el premundial sudamericano.
Chile, bicampeón de América, recibió otro duro golpe al caer 1-0 en la altura de La Paz (3.600 msnm), el segundo cachetazo en menos de una semana tras ser goleado por Paraguay en Santiago por 3-0 el jueves pasado.
El equipo de Juan Antonio Pizzi se estancó en 23 puntos, en cuarto lugar, y puede quedar fuera de cualquier opción de clasificación al concluir esta fecha, la antepenúltima.
Bolivia, ya eliminado, logró su objetivo: le amargó la vida a la Roja para vengarse de la quita de puntos que confirmó el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS).
La generación dorada del volante Arturo Vidal y el delantero Alexis Sánchez está penando ahora y con un horizonte difícil porque en la próxima fecha recibe a Ecuador y, peor aún, visita a Brasil en el cierre del premundial.
En el segundo choque de la jornada, Colombia frenó en la caliente Barranquilla la marcha perfecta de Brasil de nueve triunfos consecutivos desde que Tite asumió el mando de la seleçao.
De la mano de James, la selección cafetera jugó de igual a igual y sin complejos ante un Brasil desdibujado que afronta sus partidos con la tranquilidad de tener asegurado el tiquete a Rusia hace tres fechas.
Brasil se solaza desde la cima pero otras seis selecciones están al borde de un ataque de nervios: entre Colombia, segunda con 26 puntos, y Ecuador (20), en el octavo escalón, hay apenas seis puntos de diferencia, y en el medio Uruguay (24), Chile y Argentina (23 y en repesca), Perú y Paraguay (21), se pelean a muerte por los otros tres boletos directos todavía disponibles y el pase al repechaje contra Nueva Zelandia para el quinto.
Es tan ajustada la paridad en el premundial sudamericano que ninguno de estos siete seleccionados podrá asegurar este martes el boleto a Rusia, que se irán definiendo en las dos últimas jornadas.
Lionel Messi mira para acá y no hay nadie, mira para allá y tampoco, entonces se la juega solito, entre mares de piernas que buscan voltearlo y ante la pasividad de sus compañeros que lo miran, implorando alguna genialidad de su capitán.
Nadie se imagina un Mundial de Rusia sin el astro del Barcelona, pero a esta altura no es un locura pensar en la albiceleste afuera por primera vez desde México-1970.
Como mínimo Argentina debe sumar siete puntos en los tres partidos que restan y aún así dependerá de otros resultados para sellar visa a Moscú.
Una pésima eliminatoria albiceleste que tampoco se enderezó el martes ante Uruguay (0-0) en el primer partido de Jorge Sampaoli, deja a los de Messi rezando por ellos y por otros.
Sus escuderos de muy buen pie como el antiguo Angel Di María y los nuevos Paulo Dybala y Mauro Icardi, deben despertar a tiempo ante la débil Venezuela y ganar por una buena diferencia de goles.
Con esos apellidos en la ofensiva la albiceleste podría presumir de ser una trituradora, una máquina goleadora. Falso. Argentina apenas ha anotado 15 tantos en 15 partidos, en el penúltimo escalón de los anotadores solo por encima de Bolivia (13) e incluso por debajo de Venezuela (7), su rival de este martes y fuera de la lucha por la clasificación.
Entre tanta paridad, el choque Paraguay-Uruguay será una batalla de guerreros entre contendientes ávidos de victorias épicas.
Los guaraníes llegan entonados por su sorpresiva goleada 3-0 a Chile y, aún en la séptima posición, un triunfo ante Uruguay les permitirá meterse de lleno en la pelea por un tiquete a Rusia.
Los charrúas de Luis Suárez y Edinson Cavani ya no pueden dilapidar más su fortuna porque entrarán rápidamente en zona de peligro. La alarma comenzó a sonar tras sumar apenas un punto en los últimos cuatro partidos.
Ecuador (20 puntos) y Perú (21) se miden en la altura de Quito (2.850 metros) con la obsesión de arrebatarle a Chile la cuarta posición o al menos el repechaje en poder de Argentina.
Casi nada está dicho en Sudamérica. Salvo Brasil en la cima y Bolivia y Venezuela en la fosa. Al resto solo les queda jugar, sufrir y rezar.
