Más allá de las voces ajenas, Rodrigo Pacheco tiene una certeza: su historia es suya. No es de Carlos Alcaraz, ni de Jannik Sinner. El tenista mexicano sabe que tiene las herramientas para construir un camino propio, siempre con la raqueta en alto y sin compararse con otros porque entiende que cada jugador vive procesos distintos.
“Hay mucha gente que no sabe lo que es el deporte. Lo que es la competencia. [...] No saben lo que uno vive en el día a día y lo duro que es el deporte, más allá de que sea tenis o golf. Hay una competencia muy grande. Todos tienen el mismo sueño y cualquiera puede llegar”, aseveró Pacheco.
Rodrigo, de veinte años, no quiere dejarse llevar por el estigma de la edad. Si bien le gustaría competir al mismo nivel que Sinner y Alcaraz —protagonistas en la final que, hace una semana, se celebró en Wimbledon— se queda con la admiración que les guarda.
En el Abierto de Los Cabos, el joven tenista cayó en la primera ronda de singles ante el australiano Adam Walton. Mientras que, en la categoría de dobles, su compañero Nicolás Mejía sufrió un golpe de la cabeza que los dejó fuera al inicio del torneo.
Ante las adversidades, Rodrigo Pacheco confía en el panorama del tenis mexicano, destacando las participaciones que Santiago González, Luis Carlos Álvarez, Alan Magadan y Alex Hernández entregaron a lo largo del torneo.
“Todos tenemos un granito de arena para dar por México”. prometió el tenista.

¿Cómo era la carrera de Rodrigo Pacheco cuando no tenía patrocinadores?
Antes de la final del Abierto de Los Cabos —donde el canadiense Denis Shapovalov se enfrentará al estadounidense Aleksandar Kovacevic— Rodrigo Pacheco habló del apoyo que reciben los deportistas por parte de patrocinadores, así como la forma en la que se le acercaron.
“Poco a poco empezaron a llegar esas personas que quisieron entrar al equipo. Les empezó a gustar el proyecto y empezaron a encariñarse conmigo. Con cómo venía haciendo las cosas. [...] Y bueno, eso hace que algo tan chico pueda hacerse más grande”, explicó el mexicano.
Para Rodrigo, esto le representa tranquilidad. Le hace sentir más seguro y confiado para enfocarse enteramente en entregar resultados.
“Puede sonar egoísta, pero me enfoqué mucho en mí bien lo que me tocaba hacer cuando tenía catorce años. Quince. Dieciséis. En hacerle caso a mis entrenadores. Lo único en lo que me enfocaba era en pegar al revés y a la derecha; ellos se enfocaron en los temas de afuera”, concluyó Pacheco.
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