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Los Cabos.— Tres semanas antes de que suenen los golpes de raqueta, las canchas del Cabo Sports Complex comienza una “carrera silenciosa” contra las condiciones climáticas de Baja California Sur.
La misión es que las superficies queden listas para el Abierto de Los Cabos, porque —aunque el torneo dura seis días— su preparación exige un trabajo meticuloso.
¿Los principales enemigos? El sol, el viento y el polvo. Así lo explicó Hugo Castillo, director técnico del evento.
“Es muy complejo. El tema es que estamos en el desierto, a un lado del mar. Hay mucho viento y polvo. Pintar las canchas es todo un reto, porque hay que tenderla muy temprano antes de que el sol esté muy fuerte y haga que se seque muy rápido, cuando no hay viento porque contamina la pintura”, explicó el directivo.

De acuerdo con Castillo, las canchas duras se preparan cada año para el torneo. El mantenimiento es caro, debido a la logística de recolección y la transportación de material.
Además, reciben una retroalimentación de qué tan buenas fueron las condiciones de las superficies para los tenistas.
“Tienes que buscar una media. Por ejemplo, este año tuvimos que poner las canchas un poco más rápidas. En el pasado, algunos jugadores comentaron que estaba un poco lenta. Hicimos adecuaciones”, explicó.
Esto no solamente responde a las necesidades de los jugadores, sino del propio calendario de la ATP.
“En este caso, el torneo que nos sigue es el de Washington. Nosotros tendríamos que estar muy cercanos a la velocidad que tienen ellos para que los jugadores no tengan ese cambio de superficie de una semana a otra”, concluyó Hugo Castillo.
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